jueves, 10 de abril de 2025

CARTA DE AJUSTE: SOBRE EL ESCRIBIR Y OTRAS MEMECES

 



Cuando escribes es narciso quien se venga por ti de la envidia que te provoca la lectura.

¿Para qué escribir? Todo está escrito, y bien escrito.

Sólo puede escribirse sin vergüenza un diario (siempre que esté bien escondido), una nota de despedida, la lista de la compra, una carta.

Están exentos de esta prohibición los genios, destinados a (dis)continuar la obra universal, no a escribir sobre lo ya escrito.

Los genios se conocen a sí mismos. No hay que señalarlos. Nadie puede darles el carnet que los distinga.

También puede escribir un cualquiera, como acto de orientación realizado en defensa propia, para librarse de la maraña de un desorden voraz, más terrible que la muerte, que esté a punto de tragárselo. A veces, pero no siempre ni en todos los casos, los sueños hacen esta función.

En realidad, dicho lo dicho, no deberíamos parar de escribir, no deberíamos hacer otra cosa: escribir y romper, escribir y soñar y, sosegados aunque sólo fuera por un instante, leer, leer y leer a la sombra de la paz.(1)


(1) Nota

No sé de mecánica artillera. Si no, agregaría el artefacto que hiciera posible esa coda que decía: Este escrito será autodestruido en tres segundos.




miércoles, 9 de abril de 2025

NOTA AL MARGEN DE UNA NOCHE

 


De noche

mandaste explorar lo que tu cuerpo iba a decirme


escucha lo más dulce


y la lengua subió a los cielos


¿oyes las palabras?


Las cerezas

los ríos de leche y miel


mandaste que mis manos hicieran hablar a las palabras

muertas

pegadas a tu piel


tócame

haz que el murmullo de lo hondo te desborde

para que sólo oigas los gritos del pasado

que despiertan


no temas

me dijiste

si oyes un adios

un hasta luego

un me voy

Es el aliento de los muertos

que nos roza

pues todos vagamos juntos

por estas calles del tiempo


Tócame

¿No sientes que en el cuerpo no cabe el dolor de las filosofías?


Después tuvimos un sueño

El despertar se había olvidado de volver.








martes, 8 de abril de 2025

AQUILES SE LEVANTA DE LA SIESTA

 




Todo va muy despacio en esta tarde vertical

la mujer de los pasos lentos

el niño levantando sus manos hacia el globo que vuela a los planetas

Se siente ya al hijo del calor que vendrá para abrasarnos

He ahí a un hombre

que va a tirar despacio

ya con sueño

la bolsa de basura y alarga su mano escrupulosa

como quien busca olvidarse de sí mismo

Los coches circulan en un tiempo diminuto y retráctil

como la tortuga que nunca llegará a la meta

porque el tiempo la acompaña esta tarde

al no morir



lunes, 7 de abril de 2025

DOS MICROENSAYOS SOBRE LA POESÍA FÍSICA Y METAFÍSICA

 



                                                                          uno


Del grado cero de la escritura a la escritura de densidad infinita (que tiende al infinito), la poesía, donde la-lengua es pura concentración (contracción) de todos los sentidos posibles que su ruptura pueda ocasionar y que, milagrosamente, religiosamente, da luz para un lector perciba lo que nunca antes podría haber hecho.

La poesía es ese agujero negro inhabitable y, sin embargo, principio y fin dela creatividad humana, más allá de la naturaleza. De su naturaleza traspasada.



                                                                       dos


                                                                    Poesía


Qué bien marcharse para siempre

y ya no ver el hueco vacío de cada mañana

de cada tarde

ni el sol burlándose del tiempo

ni la primavera de flores de cerezo

predicar el levantamiento para olvidar lo que nunca pudiste ser.






domingo, 30 de marzo de 2025

FUTUROLOGÍA

 






                               Futurología




Había algo de carne en su cuerpo de plástico.

Nadie supo jamás qué crecería de aquella semilla

o si el plástico acabaría matando el camino a la pudrición.





AMANECER

 








                                                 Amanecer





Aún tiembla en mi mano ese ramo de piedra y rosas que guarda el olor de la noche.


Abajo del todo veo un cuerpo caído en mi cama blanca.


Ya no oigo aquel tren que rasgó el silencio y los susurros con sus feroces hierros.


¿Se habrá parado para siempre?


¿Dónde estarán ahora aquellos niños que tanto sufrían esperando el fin de la noche antes del viaje?





martes, 25 de marzo de 2025

HOY HACE UN DÍA LUMINOSO: TANTA LUZ

 






Hoy, tanta luz para ver solo

los hilos perdidos de la noche recien muerta,

las agonías de la esperanza,

las horas que agitan las manos para que las escuchemos


tanta luz

para ver el horizonte a lo lejos

como una boca cerrada que no puede llorar.



domingo, 23 de marzo de 2025

POEMA DEL FLUIR Y TESTIMONIO

 




Nuestros cuerpos son los ríos que van a dar al amar

que es el fluir


Tú ya te vas sobre las aguas,

apenas anegada, casi viva,

en ese viaje irremediable del adios.

Y yo, sujeto, quieto,

caído como un muerto mortal, ajusticiado

miro arriba como si aún tuviera ojos


Ya solo queda llamar al río dulce

y pedirle que me lleve de la mano a ti,

ya solo ausencia, solo musgo,

donde fluyes nueva, en el silencio.(1)


1)

Los poemas fracasan. Porque al principio hay una luz, una voz, llegadas de donde no se sabe, del saber, de dentro, de donde el horno no para de construirnos, que ordena la palabra. Y ya en el día, en la feria, en la ciudad, un pobre hombre mira las yemas de sus dedos y quiere que hablen, que digan lo que la voz y la luz habían dejado caer en ese relámpago que no tiene tiempo. Y así, el poema fracasa, el hombre se mesa el cabello sentado en una silla frente a su café ya frío, que contiene la última metáfora que podrá salvarle.



jueves, 13 de marzo de 2025

RECUERDO Y CENIZA

 





Fumaba despacio, quieto

sólo miraba el horizonte de la brasa

dejaba que la ceniza siguiera siendo presente en el espacio

un resto ingrávido en el aire

una historia recién quemada del tiempo de vivir.

Cuando al final caía la ceniza

y ya todo era pasado

sonreía dejando ver el triunfo de la vida y la esperanza.



miércoles, 12 de marzo de 2025

VIDA, TIEMPO.

 







¿Cómo pudo ocurrir?

No saber que aún quedaban dos minutos antes del telón, de la estampida.

¿Cómo pude quedarse quieto en el dolor y en el miedo y no ver que por delante había un tiempo indivisible para vivir desatado aquel misterio?

No saber que el tiempo habría podido congelarse y olvidarse de sí.

Y vivir, envuelto para siempre en aquella música, en su presencia, en tanta lejanía.

¿Cómo pudo elegir ser siervo del dolor, de la certeza del final, de sólo ser capaz de ver su espalda desapareciendo?

¿Cómo haber creído el cuento que le contaron los que hacen el infierno?

Y no haber dejado que los pájaros hiciesen el espacio.

Y no vivir en el amor de ser para siempre.





lunes, 10 de marzo de 2025

ENSAYO MENOR SOBRE LA POESÍA MENOR

 




La poesía menor es un pez casi ridículo que ningún pescador se atrevería a mostrar.

O un desecho olvidado en las aguas, un zapato viejo, una botella de plástico de la que unos labios sublimes, o no, bebieron un día.

El pescador no sabe más que lanzar la caña, y que el agua está ahí. Y que las cosas acaban por morir en el agua, incluso de vivir en el agua. Esconderse en ella, otra vez.

Sospecha que las cosas que captura, pequeños peces con apenas nombre o basuras de glorias pasadas, contienen el misterio y la fuerza que hacen persistir al mundo en ser lo que es y lo que no es (1).



(1)El poeta, menor siempre, puede ser representado como un pescador frente a un río ciudadano sentado en una silla minúscula, ajeno a su caña, descansada y algo trémula, leyendo una novela de Marcial Lafuente Estefanía, procurando no mover bruscamente la cabeza por miedo a que se le caiga el lapicero que guarda sobre su oreja, tan sensible a las músicas, aunque nadie lo diría.



viernes, 7 de marzo de 2025

BUSCANDO EL ALGORITMO DEL DESEO Y DE LO IMPOSIBLE PRESENTE

 








Salían caballos de su pecho que al instante eran nada.


¿Fue allí donde clavaron la lanza?


Una vez una mano buena palpó la piel donde debió de ser la herida

pero sólo encontró dulzura y un suspiro muy suave.


Ahora son esos caballos los que ocupan el mundo.









jueves, 6 de marzo de 2025

VIAJE CON PAISAJE

 




Cuando llegó no había nadie esperándole.

Era una plaza vieja de casas de pueblo y algunos árboles bastante polvorientos

y era el calor anónimo de un día triste.

¿A dónde ir?

Una fonda le salvó.

Allí murieron sus pasos y él también.









miércoles, 5 de marzo de 2025

INDAGACIÓN CUÁNTICA DEL DESPUÉS DE LA BATALLA

 







Después de la batalla

los cuerpos sonreían

los combatientes se habían ya marchado y sus cuerpos sonreían


a nadie le importa dónde estarán ellos

si brindando por la victoria

si brindando por la derrota

si sujetos para siempre al paisaje que vieron sus ojos el día de fuego







martes, 4 de marzo de 2025

UN PASEANTE A PUNTO DE SER APLASTADO POR UN TROZO ENORME DE REALIDAD








                                                                        Los embajadores. (Hans Holbein, el Joven)




Otra vez ocurrió:

tan feliz y de paseo, delante de sí mismo cayó un trozo enorme de realidad, un meteorito de andar por casa.


Otra vez lo miró, tocó su frío con sus guantes, olió su por si acaso;

y lo mismo que la otra vez

sintió una gran felicidad al saber que aquello no era un espejo donde reflejarse

y ser










jueves, 27 de febrero de 2025

ELOGIO DEL HAMBRE

 







En lo más misterioso de su casa, en su pecho

llamaba al hambre y le decía

vuelve vuelve

quiero morder todavía el verso de la vida

hacerme sangre en mis encías

beber como si fuera una copa de sábado lo que esconde la distancia








miércoles, 26 de febrero de 2025

INTERVALO

 








El intervalo que separaba lo que ella era y lo que veía fuera- bendito, gigantesco, de una inocencia consumada- era demasiado grande para que R. no se sintiera seriamente alarmada. Se dice que el intervalo es percepción, pero también es dolor, por lo que toda percepción es a la vez dolor” (Los demonios. Heimito von Doderer)


Uno


La realidad es. He aquí el hecho. Que el sujeto hablante, pensante, es una realidad, es (existe) en la realidad, jugándose su existencia en ella, separada de él mismo, es un hecho.. El sujeto humano está encapsulado dentro de la otra realidad (exterior) y, en consecuencia, está fuera de ella, porque, en efecto, entre uno y otra se extiende el intervalo.

El intervalo protege al sujeto. El intervalo hace posible que éste perciba lo que sea de la realidad, algo de la realidad. Hace que la realidad sea una cosa perceptible. Y lo perceptible se hace humano. La realidad se hace humana, en cuanto percibida por el sujeto humano, que es un sujeto pensante, es decir, parasitado por el pensamiento y, a partir de ahí, con la creencia de que puede entenderse con esa realidad.

El pensamiento deriva de la capacidad humana de percibir. El humano percibe que percibe, esto es, percibe que existe un intervalo entre él y la realidad. Puede acomodar sus ojos a la distancia mayor o menor que le separa de ella. Sus manos pueden sentir, pero también pueden no sentir, pueden tocar, percibir, y pueden apartarse de aquello que han tocado. Las manos, los ojos, se manejan en el intervalo.

El intervalo es la herida de la separación. Percibir es ahondar en esa herida. El exilio del humano es necesario, pues le libra de su aniquilación, inevitable si no existiera el intervalo. El sujeto humano ha sido parido como un ser pensante y, a pesar de ello, o por ello mismo, como un ser subordinado sujeto a ser siempre una posibilidad del olvido. Sólo puede estar seguro de que su destino es el olvido, que la realidad de la que procede, no sólo lo olvidaría, si ella fuera humana, sino que, como es otra cosa, nunca ha tenido en cuenta su existencia.

Percibir es saber. Saber de eso. Percibir es la base de lo humano, su alma, podríamos decir.

El alma que hace posible que el pintor pinte, que el jardinero componga jardines, que el matemático traduzca a ecuaciones eso que de la realidad contenga la física, u otras disciplinas que tienen que ver con la naturaleza.

Hace posible que todos esos creadores vivan en la realidad porque ésta ha sido nombrada, pintada, podada, traducida, que el humano se las vea, o eso espera, con una realidad que es ya una cosa a su medida, algo más asimilable, menos doloroso, una especie de suave almohada que conduce al sueño feliz. Y al conocimiento.

La realidad no piensa, no está sujeta a la lógica del intervalo. Si, como un autor de ciencia ficción, yo dijera que la realidad conoce el intervalo tras el cual un sujeto humano la escudriña, entonces, la realidad se sabría tan contingente y desgajada como se sabe ese ser humano. Y entonces podría ocurrir, siguiendo con la supuesta ficción, que la realidad considerase que ese ser que está tras el intervalo posee un poder especial, el de hablar, el de pensar, que lo hace un perfecto candidato para ser el dios que le falta a esa realidad, puesto que, fin de la ficción, a ella le faltaría algo.

El intervalo supone separación, esto es, que sólo existe la Unidad cuando la percepción hace creer al sujeto que él se funde con la realidad. Esto esto es una creencia, una ilusión óptica a lo sumo.

No existe la unidad. Como máximo existe la pareja yo/realidad. A partir de ahí, pueden sumarse todas las parejas yo/realidad que sean posibles. Tal innumerabilidad hace posible que un yo pueda no ser. Nada cambia si un yo no es. Nunca un yo acaba de existir del todo.

La Unidad, esa ilusión, lleva al sujeto a ser consciente de su existencia. La conciencia de la existencia del sujeto es consecuencia de la ilusión que es la Unidad (del sujeto y la realidad). Su existencia pende del hilo de la mirada (como paradigma de la percepción) .

El espacio entre ese ser (existir) y no ser (no existir) es donde habita el sujeto. Donde es capaz de crear y, a veces, el creador, ese yo hecho ahora fuerte, crea otros espacios no previstos en la lógica de las cosas. Y en ese salto revolucionario se funda lo que hay más allá de la existencia y la inexistencia.


Dos


Y está el amor, ese algo específico del sujeto habitado por el lenguaje.. El lenguaje, que se recrea en el intervalo que da vida a los significantes que lo construyen. La emoción, la vida, lo vivo que hay en ese margen, en esas pausas. Allí se construye la subjetividad, lo que es reacio a las máquinas, a lo previsto, a las órdenes.

Y el amor. Se puede hablar del amor y el intervalo de muchas formas. Tomo como muestra la película Toute une nuit, de Chantal Akerman, donde aparecen varias parejas de amantes casi furtivos, apariciones breves que muestran algo inconcreto, o lo inconcreto de esas relaciones, separadas por una pausa que podría ser infinita y que por eso la directora la corta brutalmente para que la aparición de una pareja borre a la anterior. La película termina con una secuencia de cuatro minutos y medio que muestra de repente una nueva pareja, una mujer y y un hombre, bailando, más bien abrazándose al compás de una canción melosa, L'amore perdonerá, cantada por Gino Lorenzi, un cantante que tiene toda la pinta de haber sido un artista maldito, bailando en un pasillo, en un lugar de paso, ni siquiera en una habitación, murmurando, mientras, unas palabras dichas en frases separadas por largas pausas y que se mezclan con los ruidos de coches y cláxones de la calle que ahí está, pero que no se ve. Este es el diálogo:


Él: ¿Porqué lo amas?

Baila conmigo

Ella: No lo sé

No sé si le amo

Hace mucho calor

Estoy cansada

Nunca había amado a nadie así

Por momentos hasta lo olvido

Tal vez sea por su boca

No, no es por su boca

Tal vez sea la manera de hablar o de mirar

Hace mucho calor

Hace mucho calor

Debí haberme ido de vacaciones

Qué música tan bonita

Nunca había querido así a nadie

Por momentos hasta lo olvido

Qué música tan bonita

Hace mucho calor

Su pelo

su mentón

Es demasiado para mi

No, no es por su boca

Debía haberme ido de vacaciones

Me llama todos los días

Nunca había querido a nadie así


Suena un teléfono. Entran en una habitación. Hay una cama y el teléfono que descuelga la mujer.

Los cláxones de la calle se hacen más patentes y siguen mezclándose con la música.

El hombre se recuesta en la cama. En silencio. Parece ajeno a lo que pueda decir la mujer. 

La mujer contesta la llamada, diciendo varias veces Sí.

Cuelga.

Ella y él se abrazan en la cama, recostándose.

Fin


Hermosa muestra del amor y el intervalo. Del amor humano.

¿Quién ama?, ¿a quien se ama?, ¿qué se ama?. Preguntas, palabras que remiten, a través del intervalo, a otro amante, a otro tiempo, a otro mismo amor. Que remiten al amor que es siempre otro, otro y alejado. Las manos de la amante solo pueden palparlo en el cuerpo de ese hombre, otro hombre, que la abraza, de ese otro que la interroga. El hombre y la mujer abrazan el amor, podríamos decir, un amor no ubicado pero que se revela en la aparición de los cuerpos que bailan. 

Las palabras están fundidas en los cuerpos que bailan y que se mezclan con las palabras de la canción, L'amore perdonerá.

El baile, el abrazo, recrea el ahora. Lo mismo que hecho plenamente sexual, el polvo, crea el ahora, el único presente que hay en el amor.

La fusión de los cuerpos, el abrazo, el baile, busca sin saber la unidad con el amado/a. Es el imposible, la locura del amor. El viaje sin consumación. Qué hermoso es viajar, no ver siquiera el destino, que no es sino un señuelo para levantar el ánimo.

Está la pausa, el intervalo. El amor remite a otro amor. Incluso a otro más allá del Edipo, mito que condensa el amor creado en la pérdida. Porque la madre edípica contiene todo lo ya perdido, es un cuerpo ya gastado, extenuado, seco y representa la unidad que lo simbólico, la ley, proporciona al cuerpo que siempre tiende al desgarro, a la segregación, a la fuga, a la muerte.

El amor va más allá de esa unidad supuesta, buscada, anhelada. El amor es la creación, la creatividad que revuelve las cosas. Hace que el humano se acerque a lo inhumano, a lo divino, podríamos decir, a lo que dictan las partículas elementales, desconocidas y rebeldes a toda razón impuesta.



                                                                                        Chantal Akerman





sábado, 8 de febrero de 2025

HABÍA UNA VEZ UN PÁJARO

 




Había una vez un pájaro

que por saber cantar cantaba

un canto tan revoltoso que loco volvía

a quien pudiera escucharlo;

rompía con el pico lo que nunca llegaba a ser melodía,

no usaba estribillos y el sonido se hacía humo antes de diluirse en un silencio que ya no tenía posibilidad de vuelta atrás,

era un pájaro que al cantar disolvía a quien lo oyera,

era un pájaro que por saber cantar se hizo música, mas no piedad.


Era un pájaro que por saber volar

hacía que el aire se encabritase y esculpiera con sus propias manos

unas galerías apenas transitables por las que ni aquel capitán Castaño

hubiera podido precipitarse en una mañana de gloria.


Era un pájaro amigo,

amigo pájaro,

que aún guardo en la memoria de los imposibles vivos.






viernes, 7 de febrero de 2025

LECCION DE PSICOANÁLISIS Y POLÍTICA. 1) IDENTIFICACIÓN, FASCISMO Y FASCISMOPROGRESISMO.

 



Aviso al lector:

Es suficiente para la comprensión de este texto el conocimiento de las cuatros reglas y el haber superado las lecciones básicas del aprendizaje a la lectura (tipo mi-ma-má- me-mi-ma).

Otra cosa es que haya que tener en cuenta que la lectura no debiera perseguir el comprender (poseer consentidamente) el texto, sino dejar que las palabras vivas violen al lector y le saquen de quicio para que así entre más luz a su casa.




LECCIÓN PRIMERA


La identificación (1) completa la incompletud de la que podría derivarse (de la incompletud) la creatividad, el amor y la cuerda del cometa de la verdad. La incompletud trasciende, crea, ama. La identificación sacia, satisface, acomoda. La identificación hace sujetos seguros de sí, predicadores, zombis que dicen frases hechas para convencer y susurrar. La identificación es la base del fascismo(2).

Las identidades son prototipos de fascismo que pretende parecer otra cosa. Ese pretender es lo mismo que la generación de los excedentes. Es un sistema que necesita materiales, mano de obra y capital para funcionar y crear su producto. Existe un autoproclamado progresismo que solo es una exudación del fascismo adaptada al bien pensar. O sea, supuestos progresistas se sostienen en una estructura fascista acumulando bienes ingentes, rapiña de las operaciones de identificación,  que diferencian al que es, gracias a una sustancial identificación, del que no es del todo, el medio hecho, el alborotador que como no sabe hablar no habla.

No hablar por estar siendo uno con el lenguaje. El lenguaje Amo produce existencias y esas existencias son mudos, mudas. El lenguaje como materia sujeta a la producción es gritón y no sabe gemir. Produce inexistencias que pueden llegar a ser programáticas.

Pregunten a la I.A. que relación existe entre un ministro bien identificado con su ideología y un gemido.

Cuando se desatan las cuerdas de la identificación el sujeto gime, aun sin saber.




Notas

  1. Identificación:

    Definición según el diccionario de Psicoanálisis de J. Laplanche y J.B. Pontalis:

    Proceso psicológico mediante el cual un sujeto asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma, total o parcialmente, sobre el modelo de éste. La personalidad se constituye y se diferencia mediante una serie de identificaciones.

  2. Fascismo:

    Definición según el Diccionario de política de Norberto Bobbio:

    El fascismo es un sistema político que trata de llevar a cabo un encuadramiento unitario de una sociedad en crisis dentro de una dimensión dinámica y trágica promoviendo la movilización de masas por medio de la identificación de las reivindicaciones sociales con las reivindicaciones nacionales.







jueves, 23 de enero de 2025

EL PRINCIPIO

 







Cuando volví la encontré hecha un ovillo

llorando en su ricón de la cama

su piel estaba inundada y su boca cerrada por las telarañas del dolor

la cogí y entoces observé que olía a miel

le pregunté qué le pasaba

y me dijo que el amor le ponía triste

me arrebullé con ella y empecé a llorar

ella me preguntó qué me pasaba

y le dije que a mi también el amor me ponía triste

mi piel debía de parecer anegada y tal vez también yo olía a miel

nos escondimos en la cueva oscura que era lo que nos pertenecía

me parece que fuimos llevados por el agua a un lugar remoto y desconocido

siguiendo la espiral que coresponde a la física de la fusión y del amor

y no es de extrañar que de alguna manera estuviera presente el indescifrable principio










lunes, 20 de enero de 2025

TENGO TINGO. UN SUEÑO QUE SOÑÓ PARA MI NADA MENOS QUE DAVID LYNCH

 



1

La carta


Debió de enviarla el día anterior a su última marcha. La recibí un día después de que todos los periódicos anunciaran su muerte. Venía en un sobre rosa oscuro, casi rojo, pero rosa al fin y al cabo. Cuando vi la firma de David no me extrañó recibirla, no porque yo sea alguien importante, al fin y al cabo soy bastante menos importante que mi querido David Lynch, pero sé que si estaba conectado a él desde hace algún tiempo, tarde o temprano sus conexiones harían llegar a mi humilde rincón algo suyo. La lógica de las cosas, y de las conexiones, no puede ser traicionadas por cuestiones de prestigio.

La carta decía, dice:


Ahí va este sueño que tuve hace unos días y que recuerdo con una claridad extraña, porque, como ya sabes, los sueños apenas se recuerdan y debemos estirar de un hilo para recrearlos y guardarlos en la memoria de alguna manera, porque tan nuestros son los sueños apócrifos que hemos reescrito a fuerza de desmemoria como los sueños mismos, los sueños puros, los primeros manuscritos del sueño que no necesitan ser pasados a limpio. Y es que este sueño, que ya no es mío sino tuyo, es de una simpleza fuera de lo común, tan fácil que ni siquiera se resiste a la memoria. No es que me avergüence de haberlo soñado yo, que quieras o no, tengo mi curriculum internacional y mis años de ejercicio. Es un sueño de una literatura casi infantil, parece soñado por un amateur. Y es por eso por lo que te lo envío a ti, que, convendrás conmigo, eres un amateur entrañable, tanto por tu amateurismo militante como por tu edad, algo impropia para esa cualidad que te define. Te sigo porque mis asesores que leen todo saben que tus vías nerviosas bordean y bordan con primor la ingenuidad del chico grande que ahí está.

Paso a contarte el sueño:

Una imagen de un arbusto cimbreándose porque la imagen está sobre una superficie de agua que se ondula por el viento o porque una piedra ha impactado allí. Y ese tallo se va convirtiendo en el cuerpo, cada vez más macizo, de una mujer, cimbreándose de la misma manera, pero convirtiendo ese movimiento en algo insoportablemente sexual. Y aparece Dios, no con imagen, su imagen no aparece en el sueño, sólo se sabe, sé, que ahí está Él quien posee a la mujer, también sin imágenes, sólo sé que Él la posee y después, no simultáneamente sino después, y ahora sí que hay una imagen, su Hijo, que en el sueño es la imagen casi abstracta de un jarrón de flores, o el dibujo de un jarrón de flores que explota y lanza al espacio un chorro de cositas de colores, que al principio parecen flores pero que después se ve claramente que son confettis de todos los colores sobre los que está escrita la Summa Teológica de Santo Tomás de Aquino.

Ese es el sueño. Te lo mando para que lo utilices como si fuera tuyo. Casi será mejor que no digas que yo, David Lynch te lo ha regalado como reconocimiento a tu labor, o como agradecimiento por hacer posible que desaparezca de mi casa ese resto de una mala noche, que, a pesar de todo, contiene el enigma que tienen los sueños.

Otra cosa. Hay algo que no te mando, o que te mando pixelado (XXXX XX) porque eso sí que tiene un valor muy grande. Me parece que no voy a dejar de darle vueltas mientras viva, y es el título que soñé que tenía el sueño. No puedo revelarlo. Ponle el título que tú quieras.


Un abrazo, chaval. Nos vemos.


David Lynch.”


2

Tengo Tingo


Así titulo aquí el sueño que, puede decirse que yo no soñé pero que pude haberlo soñado en la cabeza, ya definitivamente borrada, de mi admirado David.

Qué agradecido estoy a quien tantas veces me ha despertado de una cruda pesadilla que, a menudo, pasaba inadvertida y que se clavaba en el día a día como una sanguijuela, la muy puta, y a quien sigo mirando con cierta distancia y calor.






viernes, 17 de enero de 2025

ENTRY OF THE GLADIATORS

 





Entry Of The Gladiators de Julius Fucik



salen los payasos y los enanos y los hombre con frac y las muchachas con medias de malla

y los saltimbanquis que no son sino pobres elegidos al azar en los basureros de la ciudad

bajo una luz blanca y luminosa en el principal teatro

un día cualquiera de fiesta

o en la entrega de premios a las mejores sentencias de muerte

o en la inauguración de un cementerio civil y paritario

o cuando celebran la victoria electoral los que van a vivir y te saludan

con los dientes blanqueados de forma uniforme por los dentistas

hijos directos de la inteligencia artificial que limpia brilla y da esplendor

a unas sonrisas que bendicen

la felicidad de ver el mayor espectáculo que nos ha sido dado

por el mero hecho de no existir del todo.






SI NO SUPIERA VOLVER

 






Si no supiera volver

y tú me llamaras para mostrarme el camino

a algún lugar que aún existiera

al mar donde un día me llevaste en brazos a una nube blanca que veíamos a lo lejos

al río donde viajaba de niño cuando estaba solo

a la tierra roja

a las montañas de los lagos dulces

a tus mismos brazos

a tus manos

y yo no entendiera tus palabras

porque hubiera olvidado el amor de las sílabas

o porque el tiempo para descifrar la bondad de las cosas

me hubiera sido robado por sabe dios que ley

nada ya podría hacer

sino soñar desde esta dimensión en la que vivo con los caminos borrados

que todavía sienten los pasos infinitos que escribimos






sábado, 11 de enero de 2025

SIN TÍTULO

 






Si, cuando ya definitivamente polvo

del suelo en los caminos olvidados,

aún quisiera alcanzar tu piel con mis átomos dispersos

para cubrir sus restos de los helados vientos

y tú, completa, me acogieras aunque ya no recordaras mi nombre

iniciaría inocente el círculo infinito de la existencia






miércoles, 8 de enero de 2025

El hombre que recordó su sueño.

 


El hombre mira su violín como, si lo tuviera, miraría a un hijo. Lo mira con asco, culpándole de su existencia. Llega a casa y mira su violín. Veinte años de su vida no fueron suficientes para pagarlo. Testigo de todos sus fracasos, ahora, al llegar a casa, su violín le recuerda que está un poco más muerto. Se quita los zapatos que compró hace seis años en unas rebajas de invierno, que le cubren el dolor eterno de sus pies, ese dolor que todavía le sujeta a la vida. Cuando toca en el quinteto sólo espera soportar el dolor de sus pies sin que su rostro lo revele, pero nunca consigue que su fiel dolor le llegue vivo a las manos y de ellas al arco, a las cuerdas, al corazón de la música. A su imagen y semejanza, la música le brota muerta y el quinteto formado por músicos desacreditados, prematuramente viejos, incapaces de sostenerse en el aluvión de emociones que, a cada uno de ellos, les ha ido matando, es un triste cadáver de cinco cabezas vestido de camarero. Tocan para un público analfabeto, sordo, para turistas envilecidos, para quien cree ser absuelto de sus impudicias si pasa por la sacristía de un auditorio cochambroso donde se puede oír música gratis.

Cuando llega a casa el hombre mira su violín y llora. Sabe que vale menos que su violín y le pide perdón como haría con un hijo, si lo tuviera, cuando éste le mostrase su insuficiencia y su necesidad de controlar el odio que le inspira. Gasta algún dinero en esmaltes que cubran las heridas inevitables del instrumento y, periódicamente, manda hacerle una radiografía para saber si el alma está en su sitio. Hay días que el violín le dice, con el olor de la madera, con el brillo, con la temperatura de su piel, que es feliz y, entonces, el hombre no sabe que hacer con las manos y se le olvidan los trinos y le sale una música aún más plana como una estepa pobre. Es que ese hombre no puede estar a la altura de ninguna felicidad. Tiene cincuenta años y en su casa, que heredó de sus padres, huele a ropa húmeda y nunca puede desprenderse de ese olor que, junto al dolor de sus pies, le acompaña como perro fiel. Mira su violín con pena y se pone a pensar tristemente en la soledad de su violín cuando él ya no esté. Y piensa que se mataría si su violín, por alguna circunstancia, desapareciera. Cuando, en voz, alta, dice que Schubert le da más calor, y que ese calor, alguna vez, le llega a las manos y siente como su arco de arquea de una manera prodigiosa como si doblara su cerviz ante la belleza efímera de alguna nota suelta, que el propio Mozart, que el mismo Beethoven, ante los que no puede sino sentir un atroz temor y sus manos, cuando intentan atacarles, no paran de tartamudear y sus oídos  oyen las mofas de esos maestros convertidos, siempre, en unos padres poderosos y aniquiladores. Mañana hará sol, se dice a sí mismo en voz alta para que lo oiga el violín. Por la mañana, junto a la ventana que da al levante, su instrumento brillará como un joven cobrizo y sano de Cremona, su cuerpo se caldeará y será entonces cuando el hombre cierre los ojos y ponga su cara junto a la madera y consiga conciliar el sueño. Y entonces soñará, siempre es así, que la música le envuelve con suavidad, como una madre buena envuelve el cuerpo del hijo, soñará que ama la música por encima de todo, le llamará mamá, a la música, mamá, mamá, dirá, incluso en voz alta. Olvidará ese sueño que es lo único que contiene la verdad de su vida. Lo olvidará y cuando despierte se encontrará con su violín taciturno flotando alrededor de sus pies envueltos en el dolor en medio de un día repetido .


¿Cómo pudo ocurrir? Un día el hombre recordó su sueño. Nada más despertar cogió su violín y lo desgarró, si puede decirse así, con un golpe certero en el alféizar de la ventana que da al levante. Borracho de alegría, tomó el autobús para llegar al miserable local donde ensaya su quinteto y, nada más llegar,  a voz en grito suplicó que le dejaran tocar un violín viejo que se guarda para que jueguen con él los músicos más pobres. 

Y el hombre se da cuenta de que los pies no le duelen y que su mano es capaz de recorrer caminos nuevos, unos caminos que en cierta ocasión le fueron mostrados.