sábado, 23 de diciembre de 2023

En voz alta. Rothko.

 









                                                                                                    Mark Rothko. Sin título (Negro sobre gris)






No sabía escribir el silencio

cantar el silencio y las palabras abrazadas

a él

no sabía caminar despacio por la noche porque tenía miedo a ser caído

le llamaba y la llamaba y era entonces

cuando el silencio salado se le subía a la boca

y respiraba despacio y le extendía las manos

y tal vez comprendía algo al cerrar los ojos y ver.


23/12/23





lunes, 18 de diciembre de 2023

Antony Hegarty

 








Por un momento creyó haber llegado

Oía un canto cantado por un negro que llevaba una flor de luz en la boca

Es aquí

donde no hay nadie

Es aquí donde como dios soñaré eternamente que alguna vez existí


18/12/23



jueves, 14 de diciembre de 2023

Cuando se hizo de noche

 

                                                                                           Noche en el río Dnieper (1882)- Arkhip Kuindzhi






Qué solos estábamos cuando se hizo de noche

Todos huyeron

Las calles eran espejos negros en los que flotaba una sombra derruida donde bebían los perros

hundiendo su hocico de inocencia en la esperanza del agua 

Solos tuvimos que irnos a resguardo

Y cerramos los ojos como si fuéramos a saltar al agua honda de lo nuevo

Y nos tapamos con las mantas viejas

hasta que brotó un calor nacido de los cuerpos inocentes aún vivos y disueltos

Ya en lo alto de un flotar al que llegamos en un silencioso vuelo

tembló lo que de nosotros quedaba de materia como un  fuego de artificio

Y aquello que ya no éramos cayó despacio

despojándose en un temblor de luz

y de colores

Eso fue en esa noche cuando ya era casi blanca del todo

Era larga la noche de noche

Era larga y el sueño brotaba

nuevo

De nuevo arando como un jornalero resucitado

Y los campos de verde aletearon sus manos de espigas tempranas.


14/12/23





miércoles, 13 de diciembre de 2023

Dôgen (1200-1253), fundador de la secta Sôtô en Japón.

 










                                                        Lian-Kai (S. XIII) Shâkyamuni bajando de las montañas







          Ese pájaro que vuela

          al volar

          inventa el vuelo

          Crea la belleza que ya dictó el santo:

          El pájaro vuela y parece un pájaro


            13/12/23



lunes, 27 de noviembre de 2023

HIPÓTESIS

 





Supongo que existe un espacio, un espacio de reserva, entre la palabra, en cuanto instrumento comunicativo, y la palabra, en cuanto puerta necesaria a lo exterior, a lo que es más allá de la especie, de la animalidad, de la materia cuantificable. En ese espacio de reserva se desarrolla un proyecto, la mayor parte de las veces secreto, desconocido, que llamamos proyecto vital.


27/11/23







miércoles, 22 de noviembre de 2023

Mihály Vig/Béla Tarr

 










       Mihály Vig/Béla Tarr


ese hombre camina

camina camina

aunque sólo haya oscuridad la luz cae a sus pies mientras camina

si estás atento y la niebla te deja ver verás

como baila

porque después de caminar el hombre baila

va a bailar

con otros hombres que escuchan con la mirada baja

cantar a una mujer que parece nacida de las brasas heladas

tal vez con la mirada baja sueñen con oler

el pelo medio graso de la mujer que canta

esos hombres y el hombre que camina

que ahora baila

todos con la mirada baja

están yéndose por las rendijas de un amor inoculado

en medio de los desiertos de la tristeza del dolor

a una calle que va directa al final de los tiempos

allí donde nadie pueda perdonarles

el sinsabor de los pasos que no han parado de bailar extraviados

en el agua

al lado de los perros

hijos de la niebla

los perros que nunca pudieron

perder la inocencia


22/11/23



martes, 21 de noviembre de 2023

STEVE REICH

 


                                                                                                      Hebrón. Murallas de Herodes




       Steve Reich: Piano phase 1967



judío él

atentó contra el tiempo y llamó a a las puertas tartamudas de la repetición

buscando lo eterno de la música

que se esconde en el polvo de los huevecillos de las moscas que pululan el aire

y entran por los oídos desnudos.


21/11/23






miércoles, 15 de noviembre de 2023

Lo simple





 



Vikingur Olafsson



Dios sería lo simple

la música simple de bach en las variaciones goldberg

la caída del tiempo en un instante hecho sólo de luz


hay formas de rodear la belleza para nombrarla

sudores baldíos

una

la más cruda fealdad

otra

la disarmonía de los sonidos brutos que salen de la realidad cuando se pudre


son rodeos antes de ir al grano de lo simple

a la belleza última que hay detrás del silencio

a la luz o al éxtasis cuando la sangre sale per se del cuerpo y se anuncia como la leve vida.

3/11/23






lo más simple es ininteligible


no se entiende una raya de luz en el cielo

ni lo blanco de las espumas de mar

ni la piel del niño

ni el silencio

ni la repetición de una oración sin sentido


pero hay una luz en medio de todo

un violín fortuito con cuerdas de tripa

todavía

un tiempo caído en un adviento de chocolate

un esperar a mañana de la mano

un agitarse las sábanas

y la puerta cerrada del amor.

7/11/23








sábado, 4 de noviembre de 2023

SINFONÍA NÚMERO 5 DE SHOSTAKOVICH

 











SINFONIA Nº 5 DE SHOSTAKOVICH



Ese hombre

caminando medio desnudo

moviendo los brazos alrededor de asimetrías esquizoides

dando traspiés en un aire imaginario que nada sostiene

sin duchar

oliendo mal a carne en trance de pudrición

a salmuera rancia a sotana de cura viejo

ese hombre se acurruca ahora

porque tiene miedo

por detrás están llegando tres tipos sospechosos

todos los hombres tiene un cierto parecido un aire misteriosos que se acerca a la muerte

los tres tipos le acorralan

uno le escupe

otro le pisa la cabeza

otro se le mea encima

si fuera mujer

lo más probable es que le habrían abierto las piernas

van a matarlo

es un indigno ciudadano que opera por su cuenta

en los márgenes de esta plaza que es nuestra plaza

piensan los matarifes

son todo razón y operan en nombre de la justicia universal

y del progreso

huelen mal porque huelen a sangre

si no olerían a lavanda puig

son hombre soberanos

cuando acaban de desmembrar al hombre medio desnudo

le borran su nombre

que llevaba escrito con bolígrafo bic

en el muslo derecho

justo donde se le unía a su ingle

que un día bien pudo ser

amada

por labios que han silbado nocturnos en un mar de trigo.

jueves, 28 de septiembre de 2023

Teoría del amor

 


Si la fantasía fabrica el placer, a falta de casi todo, el amor anula, en una fulguración, la muerte, el dolor extremo, el abandono del principio y del final.

La fulguración es un instante cargado infinitamente de sentido y de pureza. Porque en ese instante se borra la historia, se proyecta una luz sobre la que podrían escribirse las cosas nuevas, liberadas de cualquier opresión y final. Esa luz permanece. Aquella escritura nunca se produce. El amor es, pues, un proyecto, que no deja de reaparecer, pura nada substancial que puntúa lo real de nuestra naturaleza. El amor, siempre por/venir hace posible la lectura del mundo. Incluso la poesía, lo ilegible.

Pero esa nada, esa nada enamorada, podríamos decir, el amor, provee una nueva perspectiva que hace posible la supervivencia humana en la densidad insoportable de lo real. La belleza es posible, es el efecto del trabajo de la nada del amor, una construcción abstraída, abstracta, iluminadora, capaz de hacer posible el deseo de vivir.

Esa nada, ¿racional, ¿irracional?. Como es la proyección de un imposible en lo imposible de vivir está sujeta a una racionalidad nunca establecida. Podemos presuponer que el amor está construido con alguna racionalidad que haga posible una sensación de permanencia, de consistencia, de realidad. Pero es un mero supuesto. El amor es irracional, o sería lógico pensar así, puesto que quiere ganar la partida a la muerte, fundamento de la razón, la razón elevada a la enésima potencia.

El enamorado quiere ser dios. (I)racionalidad extrema, necesaria. En un momento es dios. Puede matar, como dios. Puede ser muerto, ejecutado, como dios cuando éste quiso completarse a nuestros ojos.

Aunque, más abajo, aquí, en el suelo donde nos movemos, los enamorados crean belleza con sus pies y bailan con sus ojos medio cerrados y ven la mañana de una forma diferente, acarician y quieren pintar un cuadro hermoso en el taller sin tiempo de su fantasía.

Es verdad que en otra parte, en otra escena, los hay que, rechazando el imposible del amor, se rinden a la contabilidad exacta del goce, a lo real, a lo seguro de lo criminal, de la explotación con el fin lucrativo del alcanzar un plus de gozar que transforme la discontinuidad de lo humano, su insubstancialidad constituyente, en substancia, definitivamente materia.

sábado, 16 de septiembre de 2023

FENOMENOLOGÍA DE LA PERCEPCIÓN

 

Seguramente sea la luz de la mañana una expresión de la verdad.

La verdad está en lo remoto, y escondida. Permite que nos llegue su respirar como aire procedente de un bien que inventamos en el primer grito, cuando ya estábamos solos.

Alguien cierra los ojos protegiéndolos de la luz y, sin saber, quiere saber.

Quiere saber cualquier cosa. Una cosa. Su nombre o el nombre de una flor inoportuna.

Cuando abra los ojos sabrá si la luz le hizo daño. Si aún puede ver o si está ciego.

Un día, recuerda, la penumbra del amor le salvó y anduvo a tientas tocando las cosas sin miramiento alguno y a su dulce compañía.

Cuando llega la oscuridad, todas las páginas en blanco se pasan a limpio automáticamente.  Y crean un libro.

Otro libro de la vida.

¿Sabes?


martes, 12 de septiembre de 2023

DESPUÉS

 



Después, ya sólo vi un rostro borrado.

La última patria. La última cama. La última cena. 

Nada.

Sólo eran huellas también borradas

de los pasos que dimos ebrios y manchados de barro en un lienzo iluminado.




viernes, 8 de septiembre de 2023

NO SÉ

 


No sé lo que significa ser hombre, ser mujer. Tengo, eso sí, algunas ideas generales, muy elementales, que no me ayudan mucho para salir de mi ignorancia. Sé, por ejemplo, que todas las mujeres, independientemente de que hayan parido o no, son madres aunque, en mi caso, no sé si mi madre sabía lo que es ser una mujer.

Una mujer que no sabe lo que significa ser mujer ¿es una mujer?

Es muy posible que mi ignorancia no sea una ignorancia docta, resultado de muchas indagaciones, sino un bluff total. Que las pregunta ¿que significa ser hombre o ser mujer? sea una falsa pregunta que eluda una verdad mucho más real y consistente: que el cuerpo inequívoco que pretende identificar a la mujer y al hombre, envuelve, contiene, una carencia absoluta que conduce a cada sujeto humano a buscar más allá un no sé qué.

Tal vez yo no sea ni un hombre ni una mujer, sabiendo que el lenguaje que contiene esas palabras, hombre, mujer, se adelantó a lo real que pretendían nombrar. Yo sería, pues, lo que me falta para ser hombre o ser mujer. Lo que me falta para ser una quimera creada sólo para mani-atar una carencia. Soy un medio nada porque no alcanzo ser una nada total. Duda y no quimera.

El cuerpo duele, gime, huele, respira, transpira, toca, es tocado, nace, enferma, muere.

El cuerpo no habla, es silencioso, habla la carencia. Por el deseo circulan las palabras y se llega a la construcción clásica de lo humano: el amor.

La política de los cuerpos es la política del exterminio, de los cuerpos como fábricas de abono para los campos de la historia de aquí a mil años.

Cuando alguien junta las manos se aniquila para saber que entre sus dedos circula un alma sujeta a una estrofa que canta y construye lo prohibido y lo sublime del amor. La lírica, el rezo, el sinsentido.

Si te vas, dejas el alma a tus pies, como una sombra incapaz de seguirte.

lunes, 28 de agosto de 2023

VERANO

 

El verano va a morir.

Se ha metido, de tan viejo, en una cama rosada donde espera el final.

Estirado, tieso y perfecto como una barbie olvidada por niñas que se han ido al otro lado del mar,

con los ojos cerrados, descansa de tanto pen(s)ar.


Se va llenando la estratosfera del almas en pena

y el aire recoge en un rincón cualquiera 

las cartas nunca escritas por mancos y mudos que no paran de llorar.


Tristes, los desalmados arrancan el motor que les lleva al susurro del tiempo.

El tiempo susurra tiempo y, mientras, caen las hojas y los días

a un precipicio tomado por una legión de aspiradoras de extrema limpieza.


Resucita el verano de improviso cuando, de nuevo, un sol llamado otoño viola la soledad 

olvidada de sí.

Ahí va el verano hecho un zombi, caminando como una barbie eléctrica.

Mueve las manos,

mueve los pies.


Va arrojando tras de sí aromas impensables de amores germinales

que vivirán para siempre en los cuerpos ya deshechos por el eterno brotar.



(27 de agosto de 2023)


domingo, 27 de agosto de 2023

CUERPO HISTÉRICO, CUERPO CATATÓNICO

 





                             CUERPO HISTÉRICO, CUERPO CATATÓNICO



La histeria es el cuerpo que habla.

El lenguaje -su potencia- excede la eficacia de sus recursos expresivos primeros: desborda la oralidad y complica la escritura hasta un grado máximo de ininteligibilidad.

El cuerpo es el destino final de esa insuficiencia y se convierte en la última posibilidad expresiva de ese lenguaje inundativo. El cuerpo es el último y definitivo órgano a través del cual el lenguaje habla.

Pero no de cualquier manera.

Porque es lo reprimido (en el lenguaje) lo que debe circular por el cuerpo para que éste hable lo que, en principio, es reprimido.

Es verdad que todo decir contiene un algo reprimido. Todo decir conlleva también un gesto que desdice la palabra que pretende apoyar.

Por lo que hay un coste en esta operación de que el cuerpo hable lo reprimido: el cuerpo sufre y se convierte en un órgano femenino destinado a parir con dolor aquello que, aun pronunciado en alguna instancia, debe gurdar la compostura y parecerse, sólo parecerse, al silencio.

El cuerpo, histérico, es un cuerpo desgarrado. Teatral y dramáticamente desgarrado.

La histeria muestra las heridas corporales de ese desgarro, como estigmas sobrevenidos tras una transgresión mística. El lenguaje, y su plus de fuerza por la represión, viola el cuerpo que grita, susurra o calla violentamente. Ese cuerpo que, además, exige la asistencia de un público.


O calla violentamente. Es el caso de la histerización extrema: la catatonia. Ocurre cuando una palabra, que nunca se llegó a articular en la vida real del sujeto que la padeció, significa un dolor inabarcable, por lo que el cuerpo destinado a decirla sufre ante la doble obligación de expresar lo inarticulado y silenciar semejante explosión de dolor que significa. Lo que se traduce, en la catatonia, en un silencio de muerte.

Hay una muerte antes de la muerte que muestra el cuerpo catatónico. Un gesto convertido en escultura de un silencio peculiar que contiene aquel dolor que no puede contenerse ni en palabra ni en escritura. En este caso, el público, que el cuerpo histérico exige, debe no asistir, ser, aparte, parte de ese silencio.

La catatonia es la histeria en el grado máximo del dolor.

Cuando el significado es tan enorme el instrumento que lo juega se hace nada.

Hay una relación inversamente proporcional entre significado y cuerpo encargado de expresarlo.

El cuerpo catatónico es la nada total frente a un significado que tiende a lo absoluto.

Existe un dolor tan grande que solo la muerte antes de la muerte lo puede mostrar. A través de un cuerpo anulado que dice insistente un silencio de una violencia extrema.(1)


____________________


Notas

(1)

Siguiendo el esquema de lo inversamente proporcional entre significado (reprimido) y cuerpo (expresivo), llegamos a la conclusión de que los significados vacíos -que sólo contienen un decir leve encargado de sostener un discreto goce narcisista que sostiene una imagen pomposa, frágil- no son sino estímulos para mostrar lo que corresponde al cuerpo engrandecido por lo inversamente proporcional a ese vacío: un cuerpo refulgente, eficiente, casi perverso por su maquinal éxito. Aunque muerto, a su pesar, pues un significado vacío supone también la muerte, sin conciencia, en este caso, de sacrificio alguno, pues es la muerte merecida de quien no quiere sostener sino una imagen multiplicada en el cero del éxit-0.
































jueves, 8 de junio de 2023

LENGUAJE Y REALIDAD

 




Eran las seis de la mañana cuando el pino resucitó

me miraba

era un ojo oscuro apenas abierto que recogía en mi estupor su nueva  presencia                         

aquí estoy

he vuelto


los pájaros todavía dormidos no sabían del milagro


cuando la luz se alborote vendrán los aleteos interminables y los vuelos alrededor de la                                                                                                                 esperanza del día


después la tarde se hará gris y la ceniza recogerá la huella de todos los pasos

de todos los vuelos

y guardará las caricias que unos dedos habrán grabado en ella


las palabras de polvo dirán adios al pino resucitado en la mañana


el árbol breve

el infinito árbol

al que las palabras no pueden llegarle porque no sabe hablar

sólo vivir como latido







jueves, 25 de mayo de 2023

23 de mayo de 2023

 



Es por la tarde

Hoy he visto llover por primera vez

No recuerdo que lloviese antes

¿Se me habrá borrado la lluvia?

Sí recuerdo haber visto llorar a mi madre

En otro tiempo del agua

Cuando el agua salada

Con los ojos enrojecidos de quién sabe que dolor

Yo sabía muy bien que esos ojos me decían que lloraba de verdad

Verdad

Lloraba en silencio

Movía la cabeza y hablaba muda para sí sin apenas mover los labios

Yo estaba allí

Pero nunca vi llover hasta esta tarde

Nunca llovió donde yo estaba

Ahora mismo estoy viendo las gotas pegadas en la barandilla de mi balcón

Agarrándose para no caer

Son esferas pequeñas con una bombilla encendida en su interior

Las miro

Hago apuestas a ver qué gota caerá antes

Es imposible saber

Son inciertas en su devenir las gotas de agua de la lluvia

Aunque hoy haya llovido de verdad

Abajo

Una pareja de jóvenes

Sentados en un banco de arrumacos

Siguen hablando mientras llueve en este mundo

No prestan atención a lo que ocurre

Es una tarde de mayo

¿Habrán visto llover otras veces y ya ni ven como llueve esta tarde?

Llover

Me suena la palabra

La sé desde el principio

Llover

Yo lluevo

Tú llueves

Él

O ella

Llueve

Huelo la tierra mojada que me envuelve

En esta tarde vuelan los pájaros a mi alrededor

Y anoto el vuelo en un cuaderno abandonado

Hoy me iré a dormir contento

No me iré sin saber

Una cosa más



                                                           (23 de mayo de 2023)

lunes, 22 de mayo de 2023

ENSAYO NEUROPSICOLÓGICO DE LA CONCIENCIA DE SÍ MISMO

 








Ensayo neuropsicológico de la conciencia de sí mismo




Yo no moriré

será el otro el que se vaya

para siempre

yo entonces seré nada

siempre estuve colgado de ese otro

de sus mentiras

de sus verdades apócrifas

y ciertas

así que quedaré colgado una vez más

de un alambre de espino

o del cable de la luz superpoblado

las tardes de tormenta

por las golondrinas aturdidas

esperando

esperando el rayo que vendrá





miércoles, 17 de mayo de 2023

APARATOS REPRODUCTORES

 






La espalda dejándose caer en una barra de luz

blanca

la pared de la casa

mañana nueva

espera el bocado picante y un poco de vino

la lujuria

ella montándose en un aspaviento con los dientes como bandera blanca

el olor del río que baja sucio

la zarpa del mediodía

la venganza de la tarde

enseñando su insignia

una pequeña muerte ya oscurecida

aniquilada por la música

de J-2 en la sinfonola.



lunes, 15 de mayo de 2023

Después de la luz

 






Después de la luz

vino la luz

otra luz

casi apagada casi oscura

una luz anunciadora

una llama que llama

parpadeando

ahora sí

ahora no

juego de manos

fort da fort da

otra vez

la luz después

sin ya tener que abrir los ojos

nunca

más





martes, 9 de mayo de 2023

MATERIA HABLADA








 


Valga como ejemplo la carne presente en los brazos

de Anna Magnani

o en sus piernas tensadas y dispuestas valga como ejemplo

de materia hablada

habla a su través

esa palabra que vino de lejos del principio

y sacude la carne

valga como ejemplo

los brazos y las piernas de Anna Magnani

alocada enrojecida en su hábito de loca

hablando

poblada como está de aquella palabra

que la hace amada

amante

coñioculta en la tempestad de los suplicantes que van

hacia ese lugar de donde no hay noticia





lunes, 8 de mayo de 2023

TESTIMONIO

 




ESAS PALABRAS ME LLEGARON

MEZCLADAS CON EL CALOR DE LA MANO

QUE ME DIERA LA PAZ.

DECÍA TOMA

Y RECIBÍA

UN CALOR DESDE LA HUMEDAD MÁS CLARA DEL MUNDO.

TOMABA LAS PALABRAS EN LA BOCA 

Y DESDE ENTOCES UN PLOMO LLENO DE VERDES PRADERAS

PESA EN MI CAMA BLANCA 

APENAS CIERRO LOS OJOS




martes, 28 de marzo de 2023

APUNTE.

 



Atravesando el fantasma del realismo capitalista. Voila.




LO PÚBLICO ES HACER VOLAR LO MÁS PRIVADO, 

LO INCONSCIENTE, 

LO QUE BROTA MIENTRAS APRETAMOS LOS LABIOS PARA NO HABLAR CUANDO NOS ESTÁN TOMANDO NOTA,

PARA QUE JUEGUE CON LO QUE LOS OTROS SUELTAN CUADO APRIETAN LOS DIENTES PARA NO HABLAR.

Y ENTRE EL CHOQUE DE ESAS PARTÍCULAS ELEMENTALES

ENCONTRAR LOS MATERIALES CON LOS QUE VOLVER A CONSTRUIR LA NUEVA TORRE DE BABEL Y LAS INVISIBLES MURALLAS DE AVILA.





lunes, 27 de marzo de 2023

AYER, CUANDO MORÍ

 


Fue ayer, cuando morí.

No puedo saber la hora. ¿Quién puede decir que eso se sabe?

Ocurrió sin más.

Lo más parecido a un sobresalto, a un extrasístole expansivo, vertical, de un color que tendía al blanco.

Nada de sueño, nada de un ceder a un fundido en negro que te llama y no te suelta.

La muerte fue un quítate de ahí, y ya está, un relámpago de una duración infinitesimalmente ridícula que me borró de cualquier cosa existente. 

Y la muerte borró mi historia clínica, que ya nunca existió.

Es verdad que ya venía avisado. Y es que la muerta llega laboriosa, habiéndote trabajado a fondo, despacio, tomándose su tiempo.

Sabía que en los últimos años estaba ya medio muerto, enjuto de substancias, tan solo alimentado por dos o tres eslóganes que, como padrenuestros, me libraban del mal.

Eso no olía bien, pero es que ya las distancias cortas se habían prohibido.

¿El mal?: vivir, sentir, sufrir, amar, gozar, caer, perder, perderse, soñar. 

La herida, la belleza. El mal.

Cuando el mal mostraba sus patitas blanqueadas un eslogan me llevaba al redil,

a la bienaventuranza, al progresismo absoluto, a la jauja del sopor.

Llevaba tiempo anunciando el fin de los faquires,

el advenimiento de las series narcoparlamentarias, programáticas, modernas hasta la extenuación, del refinamiento leve,

llevaba tiempo diciendo que por fin habían llegado las soflamas androginianas que nos librarían de la desigualdad,

que nos conducirán de la mano al dilema del flex y del relax.

Veía un edil y me corría,

y le dejaba sitio a mi lado cobrizo y espermático para compartir su banda y su bandera,

si su bandera y su banda eran la mías.

Tantos años viviendo en esa medio muerte no me hicieron mejor, pero entonces

tuve todo lo que quise de ese sedativo que, administrado por un facultativo comprometido con el bien, me aliviaba del mal antes citado.

Así pude haber vivido lustros y siglos, que hay quien dice que ya viene la inmortalidad, disponible tan pronto como se pueda convertir en un hilo de una sola semidimensión.

Pero no nos engañemos: ayer, cuando morí,

eché en falta algo de ruido,

eché en falta una punzada seca, un descabello de filo soleado, un arma blanca clavándoseme en el alma, un encuentro final con Goethe, nada menos, sacándole la lengua, abrazándonos como colegas colocados, espantados, riéndonos del miedo hasta el último estertor;

eché en falta dar una vuelta al ruedo, recogiendo los ramos del amor tirados a la arena donde me batí y adorné como un torero, devolviéndolos a los desgraciados que aún tuvieran que volver a cenar a sus casas.

Rosas, dolor y sopa, os espera.

Hubiera querido decir, mirando a los tendidos ya vacíos del domingo.

Ayer fue cuando morí, 

cuando fui

y ya no soy.


Alguien tendrá que saber de lo real del ser cuando no es.







lunes, 20 de marzo de 2023

JARDIN Y GATA

 





                                                  JARDÍN



Anónima,

la gata

circula en el verano adelantado.

Mira lo invisible con ojos seguros,

recoge los sonidos dispersos, asimétricos

de todo el universo.

Sentada al sol,

ahonda sus patas en el suelo

como el árbol taciturno que la ama

sin saberlo.


martes, 14 de marzo de 2023

FIGURA TENDIDA A VISTA DE PÁJARO

 










como la sombra de un pájaro,

oscura,

se ve la mancha tendida en el frío

en soledad de rocas y de hielo,

abandonada,

quieta;

el silencio suyo

agazapado en el pecho,

invisible,

los ojos cerrados,

llenos,

abriendo una a una

las páginas del infinito








jueves, 2 de marzo de 2023

UN PÁJARO MUERTO EN MITAD DE LA CALLE

 






Hoy en el suelo he visto un pájaro caído

muerto:

el pico abierto

la imagen misma del silencio

de la quietud

del olvido


No sé si en el último momento

estaría cantando

probando un tono para la última llamada

o en silencio

tomando el aire necesario para aquel vuelo futuro


Sé que nadie guarda su canto en ninguna memoria

su piar

habrá quedado perdido para siempre

entre el aire

y entre el ruido


Era un pájaro humilde:

sus alas le cubren como una manta pobre

hasta el último momento le han dado fiel calor

sus alas

su fortuna

el timón de su vida


Era un pájaro pequeño

de los que tienen mil nombres

rebelde a los alambres de espinos.


Fue un pájaro libre

alguna vez vivió en lo alto del mundo

y miró con amor el declive gris de las ciudades.


jueves, 23 de febrero de 2023

SEGUNDA CREACIÓN DEL MUNDO

 


Era luz, pero no del todo;

no estaba acabada de hacer la luz;

las montañas, la playa, el mar, el firmamento eran cosas sin terminar de hacer,

faltaba el remate;

los hombres se miraban en un espejo de agua

y las mujeres escudriñaban sus atributos y se decían las unas a las otras:

vaya cuerpos, vaya ruina rococó que nos han dado,

y los hombres también cerraban los ojos

o rompían los espejos, descontentos de tanta risa como daba su presencia,

y los pájaros se caían porque de cada cien al menos dos

eran de plomo y con las plumas falsas.

¿Qué será de nosotros?, se decían;

¿hasta cuándo estaremos aquí y veremos cómo nuestras manos se caen

y cómo nuestros pechos se abren y enseñan unos bulbos florecidos que no son precisamente los lirios de salomón?.

Hasta que uno de ellos,

pecho de hombre y culo de mujer,

entrevió por vez primera la belleza

que estaba dejándose caer del tallo herrumbroso de un árbol olvidado;

no será para tanto el mal, la cobardía, el desatino, se dijo;

y alrededor de la belleza, apenas visible, hizo

el mundo por primera vez.


martes, 21 de febrero de 2023

AGUA

 


                                                                                                                        Nina Nastasia





Era agua

caía de su boca como una catarata dulce

de agua

era la luz

de una mañana que estuvo a punto de no ser

pues por la noche

negra

tuvo que vérselas con ella

con la muerte

tal cual

de los brazos de su pureza

la mañana pudo alzarse

era agua

el sol la escuchaba

peinados sus rayos ya ralos y mayores

era luz

la mañana que había triunfado

guiñó su ojo azul

a los allí presentes

que estaban esperando su beso

su bendición

el pan

y la calma que todo lo sabe

lunes, 20 de febrero de 2023

VUELVE

 






¿Ves ese pájaro?

¿El primero? ¿El que marca el camino?

No, cualquiera de ellos. ¿Lo ves?

Pues ese pájaro ha vuelto. Te busca a ti, el pájaro.

¿Me busca?

Te busca para que lo mires. Para que observes su vuelo. Su aleteo. Le gusta que lo mires.

¿Es un pájaro soberbio?

No. Es el pájaro que vuelve.

¿El mismo pájaro de siempre?

El del año pasado, el que vio volar tu padre. Míralo, mírale las alas. Las manchas grises de sus plumas.

¿A dónde va el pájaro? ¿De dónde vuelve?

Va y vuelve. Trae en el pico restos de los muertos.

¿Nunca muere el pájaro?

Lleva en el pico palabras que dijiste. Risas que inventaste. Besos y lágrimas.

¿Me conoce?

No. El pájaro no conoce. Sólo sabe volar y hacer con las nubes el suelo de la edad.

¿Qué pájaro te gusta más?

Aquel, ¿lo ves? Aquel que lleva un objeto extraño en el pico.


miércoles, 8 de febrero de 2023

CARSON McCULLERS VIENE A MI. APUNTES DE LITERATURA MAJARA




 

                                                                                                                                                Carson Mccullers






                             CARSON McCULLERS VIENE A MI


                                                                     1

O.V. me envía este escrito. Léalo con la máxima atención, termina diciendo. Esta frase la escribe a mano, como una rúbrica, bajo el texto impreso que reproduzco:

Anoche, ya es la segunda vez, la primera ya motivó una entrevista con usted cuando le puse en antecedentes de lo que estaba pasando, Carson Mccullers ha vuelto a colarse en mi habitación en plena noche. No sé como puede conseguir entrar sin más en el corazón de mi casa, ya se lo expliqué a usted la primera vez, tan bien cerrada como la guardo. Serían las dos de la mañana cuando Carson se me aparece. Ahí estaba sentada en la silla de mi escritorio, vestida de hombre como la primera vez, la misma chaqueta, los mismos pantalones, zapatos y calcetines. La cara monjil y dulce me mira, y yo no sé que decirle, me quedo mudo o, más exactamente, suspendido, como si detrás de su mirada yo desapareciera, aunque mi conciencia está excitada y no pierde detalle de todo lo que mis sentidos son capaces de percibir. Aunque no mueve sus labios oigo su voz, su voz que debe ser falsa porque escucho un español claro y meloso. Esa voz debe proceder de un artefacto traductor que está en el aire y me trae las palabras exactas que la mente de Carson quiere transmitirme. No me queda más remedio que acercarme a ella, debo confesar que me atrae su traje, que me gusta tocar cada vez más la tela que huele a vinazo y a tabaco. Carson cruza las piernas y al poco las separa, me siento obligado a desabrocharle los botones de su entrepierna y cierro los ojos aterrorizado por lo que espero encontrar: cualquier alucinación venida de allí, una ametralladora, un puñal, un arma desasosegante que me puede aniquilar de un golpe. Pero no, lo mismo que la primera vez, encuentro en el presunto lugar del horror un tejido de satén color carne pegado a su pubis, un tejido dulce que apenas toco con mis dedos. Mis devotos dedos que me alcanzan, siquiera en un instante, una suerte de felicidad. Y me emociona compartir el calor que Carson Mccullers me regala, aquí donde sin ser vistos me reclama, y escucho una vocecilla susurrante que me pide algo, que yo no sé interpretar, aunque esa vocecilla se exprese en un español ordinario. Me inunda la ternura, ¿qué podría darte?, digo en voz alta, contento de haber recuperado el don de la palabra, la compostura y la dignidad ante esta Carson Mccullers que viene a verme para que la ame, porque sé que ella necesita amor y por eso viene a mi. Es posible que crea que, locamente, compartamos un mismo misterio o desasosiego.

Como la primera vez, el tiempo parece haberse congelado, transformado en cristal, y noto una tensión que va haciéndose insoportable, envuelta en una ternura que me resulta imposible de asimilar, de disfrutar. Y al poco, a la vez que esa sensación inverosímil se ha coagulado para siempre, dejo ya de verla. Carson ya no está. Veo la silla de mi escritorio vacía y mi cama, aunque poseída por lo que estoy explicando, es otra vez un pozo de soledad.”


                                                                  2

Repaso lo que usted me dijo la primera sobre el del mal de la soledad que padezco. Ese es su mal, me dijo, la soledad. Y, como no la mira de frente, ella se hace fuerte, le invade, le substituye. Desde entonces no he parado de darle vueltas y le doy la razón, acepto su explicación. Pero ahora, después de este nuevo encuentro con Carson, puedo aportar mis argumentos. No sé porqué esa mujer se acerca a mi, que apenas soy un hombre, prácticamente un niño. Creo que lo que ocurre en estos encuentros debió suceder hace mucho tiempo, en otro tiempo. Estas apariciones son el eco de las primeras, tan verdaderas las unas como las otras. Lo de anoche me ocurrió a mi, es cierto, en mi casa y en el tiempo que señala nuestro calendario. Pero ya sabemos que el tiempo se retuerce, y pasado y presente pueden cruzarse como dos trenes en la noche. Tenemos que que admitir que aquel pasado se repite y Carson me trae escrito en su carne el cuento primero de mi soledad. Y, en segundo lugar, comprendo que quien más soledad padece es ella, Carson Mccullers, por muy importante que sea o haya sido o siga siéndolo por los siglos de los siglos. Ella, que no tiene más remedio que envainarse su soberbia de genio y descender a lo oscuro de mi cuartucho puberal, casi infantil por no decir infantil del todo. Cuánta pena me da esta mujer que tanto debió sufrir. No puedo sino detenerme en su humildad, que adivino debajo de esas vestiduras masculinas que utiliza para parecer fuerte en esa interpretación paródica, que parece representar a la fuerza, esa humildad sincera que transmite su satén color carne pegado al calor bendito de su inocente carne.

Es por esto por lo que, y en esto le pido consejo, debo ponerme manos a la obra para ayudar a esta mujer, esté donde quiera que esté, nadie va a negarme su realidad, aún la guardan mis dedos y mis ojos y mis oídos, ayudarla para que también ella cure su soledad y no ande vagando con tanto dolor desparramado, haciendo el ridículo en esas excursiones nocturnas a mi cuarto infantil .


                                                                      3

En las noches ordinarias, anodinas, cuando no viene ella (¿ Ella?) se retuerce más, si cabe, el dolor de mi abandono. Existo todavía menos, me aterroriza desaparecer del todo, llegar a tener la certeza de que que nunca he existido verdaderamente. Saber que solo soy una burbuja de aire fraudulento me llena de un terror mayor. Esta noche buscaba consuelo, a pesar de todo, esperando recibir su respuesta, mi apreciado S.E.. Usted es parte ya del caso Carson, le guste o no. Carson Mccullers, usted y yo somos los protagonistas de esta comedia de la que no podemos escapar. Ahora ya sé que nunca acabará la función, que va a ser un drama bufo e infinito. Drama por lo infinito, porque no hay telón que vaya a caer . Si acaso, acabará cuando hayamos acabado los tres y bien sabemos que, de los tres, ella, Carson, es eterna y, aunque yo sepa de ella en carne mortal, es una muerta y solo vive en el alma del mundo y en sus letras.¿Qué es el alma, me pregunto, sino una sopa de letras capaz de darnos un poco de vida en este desorden que somos?.


                                                              4

¿Qué puedo hacer por ti?, querida Carson; deja que hable contigo en voz alta como un comediante aficionado que ensaya un papel imaginario en el espejo de una tarde perdida. Déjame creer que estás otra vez aquí, aunque no lo estés, ya hace tres noches que no vienes, déjame creer que te socorro, que te llevo a la paz de tu verdadero lecho, el que por edad y distinción te corresponde. Déjame que aprenda a soportar mi vida aquí, cuando tú ya estés en el pasado. Déjame que te tutee, ahora que nadie me oye. Ni las palabras me oirían si tuvieran oídos. Mis palabras debieron nacer medio mudas, o se esconden, acobardadas. Las palabras deberían hablarse unas a otras, escucharse para que no se apelotonaran y formaran esos grumos que acaban enfermándonos.

He pensado en curar tu soledad. Me he atrevido a hacer un plan de tratamiento solo para ti. Lo tengo escrito en alguna parte y te lo puedo recitar de memoria, es solo un esquema, un bosquejo, un proyecto, ya lo he compartido con S.E., mi consejero, y estoy esperando su respuesta.

1 Leer tus cuentos.

Husmear los pantalones de sus protagonistas buscando tu rastro verdadero, compararlos con los que llevabas esas noches de espanto y dulzura en que me visitaste. Saber de tu dolor en el dolor de esos hombres solitarios y fracasados que inventas desde la nada tan maciza que guardas.

Cada vez que lea así uno de tus cuentos te estaré liberando. No me preguntes porqué, es así, y yo lo sé. Lo que escribiste no te ayudó, al contrario, era una madeja/majara cada vez más espesa que te enredaba y te obligaba a repetir esa infructuosa medicina que es la escritura, aunque fuese bella, verdaderamente bella. Cuando te leo, desenredo un nudo de tus pies y te imagino saltarina, como una niña grande, tocando un piano de juguete delante de tu padre que babea, cerrando los ojos, moviendo tus alas recién nacidas, volando por esos campos lujurioso de tu patria, follisqueando con unos y con otras, durmiendo en paz al final de cada jornada del paraíso, despreocupada de las copas vacías y sucias.

2 Leer tus poemas

Deshacerlos, letra por letra, y como hacen los mecánicos o los relojeros, revisar cada pieza, cada letra, limpiarlas una a una, dejarlas al aire libre un par de días, separarlas y agrupadas, por ejemplo, las vocales con las vocales, las consonantes mudas con las consonantes mudas, formando grupos afines, identidades momentáneas. Borraré de tus poemas la pena, lasoledad, así que yo y mis maquinarias terapéuticas revelarán el trigo limpio de tus versos. No sé qué quedará de ellos si quito su dolor. Me importa que tú puedas ser una mujer casi completa, de esas que llenan con su presencia las casas felices. Necesito, sobre todo, quedar a salvo de tus visitas dulcísimas y terroríficas, en definitiva, de tus insatisfacciones que deseas saciar como diosa desinflada con mi sangre infantiloide y suprema. A ver si, al fin, miro de frente esta soledad que no deja de perseguirme, tan joven como soy.

Quedaré, ya lo sé, arrinconado en la realidad que me reducirá a ser casi nada, en un anonimato insufrible, porque, aunque me espanta tu presencia cuando vienes a mi cama, tu herida me tienta y me obliga al amor, a la vida.

Liberado de ti, corro el riesgo de morir del todo. Tanto remedio puede llegar a ser una sinrazón, pero estoy obligado a rearmarme, a ser algo, siquiera un nadie entre los nadies.

Habré ganado. Te habré ganado, Carson Mcculers, y ya no vendrás a importunarme cualquier noche que te plazca, como si yo fuera una botella medio vacía que buscaras para salir de tu último desengaño”.


                                                                 5

Me dice S. E. que hago bien en tomar la iniciativa e ir a ti. Que esa iniciativa es mi liberación. Toma las armas, me dice, y no estarás solo. Por ir a ti desaparecerás de mis noches. Esa es su tesis. Pero, ¿puede borrarse lo que de verdad ocurrió? ¿Quedará algo de mi, además de la herida que nunca deja de escocer, cuando tú seas solo un fantasma majara que visitaba a otro majara en trance de curación, a su pesar?”


                                                                   6

Estimado S.E.

No voy a molestarle más, se lo juro, pero debo añadir nueva información para que saque las conclusiones convenientes.

Efectivamente, Carson ya no viene más. Vencí. Se fue. Mi empuje, voluntad, iniciativa, espantaron su realidad y nada queda de ella, salvo lo que bien pudiera ser un amor tarado y rancio, como si ella hubiera sido una mujer de verdad y yo un hombre hecho y derecho cuando nos enmarañaban aquellas oscuridades de las que tanto le hablé, y ahora siguiera condenado a buscar su rastro como un perro.

Pero no estoy solo: he tenido otra visita, esta vez, bien acogida, confortable, sanadora: Mme. P. o, si no ella en su totalidad, su presencia, ha venido a mi intimidad encarnada toda ella en su Gran Chocho (me permito las mayúsculas, las creo necesarias), desparramándolo como una colada de lava roja en mi cama. Lo ocupaba todo, una carne replegada en colores marrones como un bosque húmedo en plena putrefacción. Era el chocho de Mme. P. Era ella, lo puedo asegurar porque he consultado los libros de F.W. y coinciden todas mis suposiciones con la cruda realidad, que sólo él, F.W, conoce, conocía. Ya no hay espacio para Carson, pues ha llegado el chocho de Mme P. como un embajador del paraíso, desterrando la soledad que, ahora sí, ya veo medio vencida. La vieja Carson se fue para siempre a sus páginas tristes y hermosas.. Leeré sus libros, si es el caso bebiéndome una coca cola con hielo y limón, y contaré a mis amigos, luciéndome, abundando en detalles, sus intricadas maneras de sortear la soledad que yo conozco tan de primera mano y por las noches me regodearé con el chocho enorme y desbordado de Mme P., gozando a mis anchas de lo concreto, de lo sano, de lo convencional, curado ya, ahora ya lo sé, de la herida infectada del amor que ella (Ella) me quiso dejar como el legado de una Reina a su sapo preferido, es decir, a un sapo cualquiera”.

Esto es lo que he recibido de O. V.

                                                                                                    S. E.




                                                                                                            El origen del mundo. Gustave Courbet      

                       



                          APUNTES SOBRE LITERATURA MAJARA


Estas pajinillas me dan pie a esbozar unos apuntes sobre el tema que siempre he tenido entre ceja y ceja: la Literatura Majara. El tema es muy amplio y requeriría unas fuerzas que yo no tengo, una astucia y unos conocimientos que ni puedo soñar. Me conformaré con escribir al buen tuntún unos apuntes, ya digo, a la altura de mi limitada capacidad crítico literaria, aunque, como estamos en el caso de lo majara , el tema se presta a excursiones heterodoxas que disimulen lo que no haya de rigor.

A veces pienso que toda literatura es literatura majara. Esto lo pienso en los momentos de gran excitación cuando creo que soy capaz de encontrar el meollo de la letra, nada menos, eso desde donde palpita la fuerza del cuento de la palabra. Enseguida la cordura me alinea con los autores cautos que separan literatura de literatura majara, trazando una gruesa línea divisoria, que exige tomos y tomos de descripción y razonamientos. ¿Existe esa línea divisoria?, dudo con frecuencia, y me pregunto ¿existe la literatura?, ¿existe la literatura majara?, o todo eso es un sueño sincopado que arrastra las babas solitarias de un no saber vivir. Estas solemnidades en las que ahora mismo estoy cayendo me desaniman, me dan un poco de vomitera, pero debo cargar con ellas, son parte de mi, o del no-mi, ya no lo sé, y es que el abordaje de la literatura majara me lleva a dudar y, a la vez, a saber todo de todo de un solo golpe de vista.

Las pajinillas recibidas de ese tal S.E., hablando de su aconsejado enfermo de soledad, O.V.,

personajes acobardados, ambos, en esas iniciales apócrifas, que deben de encerrar calamidades bien reales, me ponen en bandeja poder hablar de lo más elemental de la literatura majara, de su abc. Me dan pie a dictar esta lección introductoria.

Primera cuestión: ¿Basta que aparezca la majarería, en alguna de sus formas inequívocas, para que una literatura sea genuinamente majara?. En estas pajinillas aparece nada menos que el Chocho (cito textualmente) de Mme P. que es, como ya dice de entrada su autor, la madame Psicosis que ronroneaba al enorme Foster Wallace, al que habría que remitirse constantemente como una referencia, ésta sí auténticamente autorizada, para hablar de estas temáticas majaro-literarias. No, claro que no basta. Imagínense, por ejemplo, un texto de A. G. (Almudena Grandes) en el que una pobre psiquiatrizada con carné mitinea sistemáticamente y pergeña unas faustas verbosidades locas de remate que arman, aún más si cabe, dada la fortaleza de la autora, su estructura literio social. A nadie se le ocurriría tratar a A. G. como autora de literatura majara. El tema de una obra no es, por muchas majarerías que aparezcan en él, ni condición ni causa de esa literatura.

La condición es otra. La condición es lo otro cuando se inocula en el lenguaje común. Lenguaje común (uno), inoculación de lo otro (dos). Este es el corazón de la L.M.

El problema está en identificar qué es lo verdaderamente otro, a la hora de esclarecer de qué hablamos cuando hablamos de literatura majara. Es decir, aquello que hace que explote el lenguaje común, que lo multiplica en fragmentos muy activos capaces de levantar caminos múltiples, divergentes, enmarañados para llegar a unas metas indispuestas, no regladas, casi sangrantes.

En las pajinillas precedentes lo otro (lo pater/majara) lo encontramos, entre otras muchas cosas (que explotan sin cesar) en el deseo ambivalente de O.V. de ser poseído por Carson, a la vez que se ahoga en el pavor cuando cuando ella invade su cama infantiloide en esa oscuridad que es su existencia. Ahí esta “lo otro” inoculando el lenguaje común de ese pobre diablo, O.V., y del otro pobre diablo, su curador S.E., que, sin quererlo, entretejen una auténtica obra de literatura majara.

Lo otro no es lo extraño, lo inesperado, ese cohete pirotécnico que pilla a los lectores con el pie cambiado y que les hace babear ante tanta originalidad y ocurrencia. Dicho sea de paso, hablando de pirotecnia, jamás eso que se llamó Realismo Mágico podría albergar nada de literatura majara, mucho más común y anodina ésta, mucho menos oficialista y adicta a las negritas del couché que aquélla. Lo otro, lo majara, es más insustancial que, valga como ejemplo, las deposiciones de todo un García M., es algo que viene ya cargado de fábrica con un bisturí capaz de diseccionar los sentidos imposibles que encierra el texto común. Todo texto común está embarazado de una locura majara que sólo ese bisturí puede revelar. Nada que ver, decía, con ese realismo mágico que nos roba nuestros sueños auténticos, atontándonos con la pirotecnia del pim pam pum, como si eso fuera el principio y el fin de las cosas.

El personaje prototípico de la literatura. majara es aquel que sólo quiere que le dejen en paz. En el escrito comentado, el chocho de Mme P. deja en paz a O.V.(*), liberado de las visitas/ataques de su Carson. (Vean en lo cursivo de este su la huella de lo otro). Y en ese quedar en paz encuentra, otra vez, la misma soledad infinita que le exige, en una espiral mareante, nuevas aventuras imposibles que le señalen, (Tú Eres), y le aniquilen. Necesita que le dejen en paz, pero este O. V. no se encuentra en esa paz que le deja en la intemperie de una soledad peor que la locura misma. Vaya plan, en efecto. Es un drama, una tragedia.

Cualquier literatura que no busque solo el boato tiene un núcleo majara. Si no, para qué ser literatura. ¿Es majara un anuncio de nescafé? ¿Un rótulo como el de Prohibido fijar carteles?. Vaya usted a saber. Los signos no hacen la literatura, pero los lee un beodo o un desesperado o un poeta noctámbulo, por muy sosaina que sea, y los transforma en poesía y, por ende, en literatura, y, por lo tanto, en potencial literatura majara.

Me viene a la memoria la película de Arturo Ripstein, El evangelio de las maravillas, cine majara de verdad, cuando el profeta, un as de la baraja majara, Paco Rabal, recita en voz alta el nombre de Charlton Heston mientras ve infinitamente Los diez mandamientos. ¡Charlton Heston, Charlton Heston!, dice, transformando con ese decir un discurso común (un película larga para congregar meriendas y familias) en una obra realmente majara: hace que vuele por los aires el Heston de puño enfusilado que muestra la victoria, y de sus añicos sale nada menos que ese Moisés tartaja y majara que lleva a ciegas a todo un pueblo desnortado a través de plagas y más plagas a un destino que, a la larga, iba a a encontrarse de frente con ellas (**) . De la boca de cualquiera que lea la lista de la compra sale literatura, porque los signos se han desintegrado y creado moléculas de sentido majaril al contaminarse con ese plasma confuso que habita lo humano.

Literatura, literatura majara, disección de la realidad al encuentro de sentidos inacabables que trascienden lo común, sin salir de lo común, pagando, eso sí, un precio que solo los elegidos, los desahuciados, los majaras, pueden soportar.(***)


                                                                                                  Vías nerviosas



Notas

(*) Sé que no debo confundir Ficción con Real. Lo que escribe O.V. es la transcripción unívoca de una alucinación, o de algo que es lo más próximo a ella, que le llega de un más allá del que nada puedo decir. Es decir, sé que el pobre O.V. no tiene elección a la hora de elegir los contenidos y continentes de su texto, no es un escritor en busca de un lector, sino, como ya nos dice, una nada aniquilada en busca de una consistencia, así sea ensombrecida, y, más tarde, enamorada. Pero vayamos despacio.

Se me deberá, pues, disculpar que, en mi labor de crítico, analice el texto como si se tratase de una ficción. A fin de cuentas, todo lo escrito lo es, así que, dicho esto, no me privo de dar por buenos los comentarios que siguen.

No oculto mi rubor ante la ingenuidad literaria de ese tal O.V., que se ha querido disfrazar, malamente, de su admirado Foster Wallace, haciéndonos creer que lo ha leído, que se ha empapado de él cuando lo que ocurre es que padece una indigestión de una racioncilla de F. W., que no para de repetírsele en su estómago inmaduro por la insuficiencia asimilativa que padece O.V. Y, lo que es peor, nos ha podido confundir al traer a Madame Psicosis, ese personaje del gran novelista que se fue, nada menos que des-encarnada en su chocho, lo que no deja de ser un ultraje anodino e insubstancial al buen gusto, con la sola intención de adornarse con la pompa de la cita. Esa aparición es pura filfa, demostrativa de su candidez, ignorancia y flojera de remos, y no aporta un gramo a lo que de majara hay en su escrito. Vuelvo a insistir que esta crítica se desactiva si consideramos el texto como una reseña científica de algo que el sujeto vive sin remisión, no olvidemos que se trata, al parecer, de un majara que busca lo que más le convine para malvivir. Pero ante un texto, no debo encogerme y sigo con mis argumentos. A fin de cuentas, todo texto es realidad, sea ficción, ecuación matemática, alucinación. Y es algo dividido, escindido, des-quiciado. Por eso el texto se rompe a la vez que se recompone en ficción creativa, variada, sin distinguir si esa realidad es realidad inalterable o impuesta.

Como crítico, no debo permitirme blandenguerías por la fragilidad cándida del autor, que no deja de ser un pobre hombre en busca de calor, un campeón de lo doblemente dividido en la cima de lo esquizo propiamente dicho.

Bien podría ser que O.V. tan solo quiera decirnos a través de esa metáfora epatante que se ha metido en un buen chocho al adentrarse en su mundo majara, dando cuenta de tal aventura en un texto, aunque solo sea una carta privada y psicoterapéutica. En un buen chocho literario-psicológico-existencial del que no sabe salir.

La pregunta pertinente es porqué, si O.V. trataba de alcanzar algo de serenidad en lo cotidiano, una vez neutralizadas las apariciones de Carson, halla consuelo en ese objeto inundativo y feroz, el chocho de Madame Psicosis, inexplicablemente ufano y seguro de si.¿Será que lo majara aspira a lo sin fin? Me atrevo a conjeturar que, haciendo un uso extremo de la condensación, de ese poder de la metáfora, O.V. trata de solucionar ese asunto que el mismísimo Lacan dejó inconcluso y confuso cuando dijo “la mujer no existe”. O.V. hace suyo este problema y lo resuelve, finiquitando lo que le perturba, borrando el asunto de la mujer de un plumazo. Hay chocho, mas no mujer. Adiós, Carson, amor mío, adiós, viene a decir. El chocho es el sumidero por el que se van los terrores ante Aquella que vino y ya no es.

El Chocho, por grande que sea en su apariencia torrencial, tampoco existe fuera del texto como cosa positiva, por lo que hay que jugar con él reduciéndolo a los límites de lo legible, traduciéndolo a lo inteligible, pudiéramos decir, recreándolo a la medida de lo soportable de cada cual, sin que esto signifique convertirlo en cualquier cosa desarraigada de lo otro, porque siempre será algo impuramente tocado de ese ello que es lo real.

De ese real que es la cosa amarga. AMAR(G)A es el anagrama de MA(J)ARA. Sin G de goce, con J de jácara.


(**) Sería interesante trabajar en esta línea de investigación: cómo un decir en voz alta (un recitar) puede transformar una serie de signos cerrados, unívocos (la lista de la compra, por ejemplo) en pura poesía, llenarla de sentidos inescrutables, transformarla en un discurso que solo la belleza puede acotar. Y, el caso contrario, éste ya bien argumentado por mi trabajo jamás publicado “La traducción y la literatura majara” (V. N. 2022), en el que viene a decirse que la traducción de un texto majara puede inactiva lo que de majara contenga, esto es transformarlo en un relato, o lo que fuere, tipo A. G., esto es, realista, garbancero o no, unívoco de sentido, algo a tomar en serio a la hora de las programáticas políticas o de los best. En definitiva, lo contrario de lo que es la literatura majara, que se contenta en flotar como una niebla acojo/nada ante el devenir de los rayos del rey sol . Y, no digamos, el efecto neuroléptico que tienen las diversas traducciones, una detrás de otra, de un texto majara en su origen. Ahí está el caso, por ejemplo, de Mishima, traducido del japonés (majara) al inglés (normalizado) después al español (planetario, grandioso), al francés (olalá), etc. lo que significa un lavado eléctrico y radical de la majarería inicial,

dando como resultado un producto digno de un Planeta, plano total. La traducción de un texto majara puede convertirlo en majadero, lo cual no es lo mismo. Es lo que ocurre con la traducción que de la realidad hacen las redes llamadas sociales, que, extirpando lo majara que hay en ella, deja una papilla ya asimilada que nos conforma en lo confortable de la estupidez .

Es verdad, y esto es rizar el rizo, que una lectura (o recitado adecuadamente majara) del texto traducido y estabilizado le devuelve su salsa majara, pero esto es un proceso complejo de explicar, y por lo individual de cada caso, imposible de someter a los criterios científicos. Lo cierto, en resumen, es que lo majara tiende a volver, difícilmente renuncia a su espacio originario.


(***) Concluyo que, de todo esto, lo que queda claro es el Amor. Carson Mccullers será para siempre una construcción puramente poiética hecha sobre una nada, un recuerdo que hace dulce y soportable un señalamiento amoroso, con todo el espanto que ello pudiera haber acarreado, que, en un tiempo ya mítico, efectivamente tuvo lugar.

Lo que nos lleva a pensar que la literatura majara no borra, sino, al contrario, renueva aquello a lo que, desde el principio, apunta. Lo majara como la vuelta de lo olvidado.

¿Qué es el amor si no una construcción puramente majara que nos justifica?

El amor es lo majara total, lo majara-en-sí-mismo, como diría aquel, lo amar(j)go, ese cohete explosivo que, en el último instante, cuando su luz parece que va a penetrar el

cielo hasta su altura máxima, fracasa, fracasa como bengala fallida en una noche beoda de primavera.

Porque al final, de cada uno sólo quedará la explosión bufa y polvorosa del amor. No deberíamos lavarnos las manos después de tirar el cohete. Mantengámoslas manchadas de pólvora, pintarrajeemos los muros con lo que nos quede de negro en los dedos. Ese negro es la luz, la verdadera luz. Quedarán señales, destellos de esos trayectos enloquecidos que sigue la luz en sus reverberaciones ebrias, de esas idas y venidas, que irán dibujando graffitis en las paredes del cosmos donde, sin parar, las partículas elementales, eléctricas y locas, enloquecidas en la contrariedad de los polos, siguen construyendo nuevos mundos, cuya materia no es sino la soledad, donde vivirán nuevas gentes empeñadas en sobrevivir, personas que seguirán hablando del amor, esa forma de ser poseídos, como si su existencia pudiera ser.

La literatura majara tiene por delante y por detrás una tarea inagotable. ¡Ayuda, ¡Ayuda!


                                                                                                              V.N.