lunes, 21 de diciembre de 2020

SENTADO SOLO SENTENCIADO (poema cantado basado en hechos reales)

 







Sentado

en el suelo

solo

parecía

pedir

limosna


no se sabe

si pedía

o si

solo

estaba

solo


qué hacía

allí

plantado

no se sabe


si mirabas un rato

veías

cómo

movía

solo

los labios


sufría

no se sabe


rezaba

no se sabe


llamaba

a alguien

que ya

no estaba

por su nombre

de pila

no se sabe


componía

poemas

algo

bueno

que llevarse

a la boca

no se sabe


mascaba

palabras

llegadas

de otro

que tenía que

destrozar

para poder

tragarlas

sin morir

no se sabe


vivía

sin más

ni más

no se sabe


moría

despacio

paso

a

paso

partido

a

partido

no se sabe


que hacia

pues

allí plantado

el hombre

sin un porqué

sabido

no se sabe


así que

mejor

fuera

juzgado

borrado

transplantado

a donde

nadie

lo viera

al paraíso

de sus sueños

a su casa

verdadera


pim

pam

fuera.


viernes, 18 de diciembre de 2020

TEATRO VERITÉ (Espectáculos, parte 1)


 

Una línea

a un lado

la escena

al otro

el patio 

a un lado

las vicetiples, el sudor cálido, la música, el hombre con el pelo brillante, la alegría

al otro

el culo me duele

me fumaría un cigarro

cuánto falta

mañana lunes

a cómo estará el pescado esta noche


de repente

cesa la música

se esconden las chicas del coro

con ese trotecillo típico de los zapatos de aguja

el hombre engominado coge el micrófono

hace gestos para que el público

siempre entregado

no haga ademanes de aplaudir

carraspea un poco

y con solemnidad dice:


señoras

señores

no se asusten

no tiene porqué correr

no se molesten en vigilar sus pertenencias

no hay nada que hacer

sepan

que

se fini

acaba de  llegar

el fin del mundo


se va la luz

oscuridad absoluta

se oye algún chirrido en las tablas

como si arrastraran pesados instrumentos de música

un contrabajo

por ejemplo

o el arpa que acompañaba el número de estriptís

y

todo cesa

la luz y el sonido


y el mundo se acabó.

martes, 15 de diciembre de 2020

CINE Y REALIDAD

 





Esta noche te he encontrado

en una película de gánsteres.

Te estabas besando con un matón de poca monta,

precisamente con ése que no decía nada,

que tenía unos andares algo tontos

al que se le caían las cosas de las manos cuando iba a matar.


He parado la imagen.

Con tu rostro congelado te he llamado con uno de tus nombres

y en la quietud he visto

que dejabas caer una mirada a la cámara,

como si tú también hubieras querido verme al azar.


Y, otra vez en movimiento,

has sido fiel a tu papel y a la trama.

Llegado el final he cerrado los ojos,

me he compadecido del hombre que te ha tocado en suerte:

disparaba sin ninguna gracia,

llevaba un sombrero demasiado pequeño,

no llegó muy lejos en el escalafón del mal

y el bien le avergonzaba y se lo sacudía

agitando sus manos, como si fuera polvo de los pobres salpicado en su traje negro.


Aunque, debo decirlo, he envidiado esas manos que te abrazaban

en el cabaret

y los zapatos que, mal que bien, guiaban tus pasos sabrosos en ese baile que no parecía tener fin.


Abro los ojos y digo tu nombre

en el silencio de esta casa en penumbra,

sueño los lugares por donde hubieran podido vibrar tus pasos

y entonces, me llamas desde el otro extremo de la existencia,

me dices que ya está la cena en la mesa,

que no me olvide de echar de comer a la gata,

que deje de hacer lo que sea que haga

y acudo, volando, volando

y te llamo otra vez con tu nombre secreto

sin que nadie lo oiga.






jueves, 10 de diciembre de 2020

¿QUÉ QUIERE LA POESIA?

 


La poesía busca saber


busca sólo una cosa

saber


atrapar en su ámbar

o en su almíbar

o en el vinagre de los versos

los mosquitos que han ido secándose

en los márgenes

donde la historia no se mira


busca atrapar

motas de polvo

testigos de las cosas

amontonadas

desparramadas

sucias

limpias

festejadas

olvidadas


porque el mundo

también lleva zapatos

que van dejando rastros

que lo delatan.

martes, 8 de diciembre de 2020

 


¿QUIÉN TEME A V.N.?



Crecer por en medio, o balbucir...

(G. Deleuze. Crítica y clínica)






Qué sabes de las palabras

que se pudren


quién las va a querer decir


quién las va a querer

querer


por caridad

las guardé en mi almohada

y ahora resulta que

mi cuerpo se ha ablandado


se me están cayendo los aceros

a pedazos


y esto me huele mal


¡ay mi cuerpo!


ya no hay fiera feroz

que quiera dar cuenta de él



así que para siempre estaré completamente uh ido

martes, 1 de diciembre de 2020

POEMAS EN LA CALLE

 




Hoy al punto de la mañana,

cuando ya la niebla se había levantado en el vuelo de las sábanas

y cuando los pobres de la ciudad cuidaban sus pertenencias como primera previsión del día,

cuando los niños se lavaban la cara en el calor del café de los padres que medio rezando se acariciaban

mientras se anudaban los zapatos y tersaban los pliegues del jersey antes de ir al trabajo,


hoy he visto a un ciego feliz que se dejaba,

en el colmo de su humildad,

agarrar del brazo para cruzar la calle,

donde un grupo de funcionarios se agolpaban para ayudar a un hombre trajeado

que, preso de un ataque de confusión, había pensado, por un momento, en

increpar al director en prácticas de la entidad bancaria en la que depositaba su confianza,

y he visto cómo la sonrisa volvía al rostro

enamorado

del hombre trajeado,

y me he dado cuenta de que un fragmento de belleza lánguida aún colgaba,

desde las navidades pasadas, de una farola olvidada,


he visto a un guardia urbano rodeado de pavos y de paquetes de colores,

porque los ciudadanos agradecidos le siguen, amnésicos y desorientados en tiempo y espacio,

arrojando dádivas, a pesar de que los guardias urbanos están muy bien pagados,


he visto a un politólogo romper las líneas rectas de su cuadrícula mental

y respirar aliviado al ser desposeído del cadáver que colgaba de su cabeza,

y le he visto, a continuación, comprar un cupón de la once

y extraviarse en la esperanza y el azar


he visto a un creador de opinión entrando en una sacristía

para pedir audiencia al párroco porque su madre,

por escrito,

una tarde de invierno le pidió

que no olvidase llamarle en sus últimos momentos,


he visto coincidir el desfile anual de los gays

y la procesión de la santísima señora de los desamparados,

y he visto a los congregados intercambiarse peanas y flores

y vestidos y túnicas y látex y correajes

y espumarajos, todo he visto intercambiarse

y he visto que unos que habían empezado encabezando
la procesión de la santísima han terminado cerrando el desfile anual de los gays,

y he visto como un travestido se arrodillaba al paso de un cofrade morado que arrastraba cadenas

y tiraba flores a la virgen maría,


he visto que las gentes no apartaban la mirada de los espejos que les asaltaban traicioneros

aunque eran conocedoras de su soledad y de su molicie,

y que aún así sabían que era necesario descarrilar el tren de la rutina en que viajan,

liberarlo de las vías muertas hechas a golpe entumecido de dolor y tedio

y que tenían que borrar de su piel la herrumbre del miedo,

pegada durante tantas noches apócrifas,

si querían llegar al mediodía soleado en unas condiciones

que les hicieran soportable vivir.



(De la colección Centros nerviosos)







































domingo, 29 de noviembre de 2020

LA METAFÍSICA ME HACE LA BURLA: VISIÓN

 





                       Visión (del 8 de septiembre de 2020, a media tarde)


Supe que lo que veía, el jardín a media tarde de un día de septiembre, la disposición de los árboles, el verde rutinario de las plantas, las sombras a espaldas de la luz arrastrándose según una gravedad no descrita, aunque sí pintada a lo largo de los siglos, lo captaba en un mismo acto, englobando mirada y conocimiento.

Supe que aquella imagen nunca ya podría ser otra. No cabría, en adelante, el consuelo de los cambios: las sucesiones naturales, los descuidos, los caprichos del tiempo. Lo que veía en ese acto de ver anulaba cualquier pasado, cualquier futuro. Veía un todo permanente clavado a una realidad interminable. A una realidad dominadora que alardeara de su misma realidad.

El tiempo, embalsamado, quieto como un lagarto, burlándose.

Aquella visión no era capaz de recoger esos vacíos que, felizmente, salpican lo habitable.

Así que yo estaba condenado a observar cada mañana, cada tarde, cada verano, cada lunes, cada primavera, cada domingo, cada otoño y cada invierno la misma imagen repetida, la imagen una, La misma cosa, el mismo acto en el mismo agujero de tiempo, que nunca devendría metáfora, convertidos en representación de una patria ajena y desconocida o en un paisaje siniestro que escondiese la pena más profunda.

Esto ocurrió teniendo unos ojos sanos y un cerebro adecuado según las reglas del juego biológico. Y estando inmerso, como ser humano, en las reglas de lo simbólico, donde nace la metáfora, las que nos llevan al amor, las que mueven historia, lo cual no me libró de padecer esa mueca, esa burla metafísica. Esa inmersión propició la posibilidad de que la visión se manifestara en un momento cualquiera.

jueves, 26 de noviembre de 2020

PANDEMONIUM 2: INVITACIÓN AL SALTO







                                                                                       En lo alto, desde Collarada, Pirineo aragonés
                    


                         


Ya lo acaba de decir el graduado en epidemias doctor Garfunkelysimón, a medio sonreír, mirando hacia arriba, discriminando el plomo de la paja, la paja del polvo, la risa de la carcajada:

“nadie ha pensado, lo digo con modestia desde la columna filípica, que mi cargo obliga a levantar, que si usted está perimetralmente sujeto a su centro y no puede traspasar, por amor de dios, ese perímetro que es la suma de todos los lados del polígono, -nadie se acuerda ahora de las poligoneras aterradas, enterradas, desterradas, sabe dios en que polígonos irregulares habrán pasado la noche-, pero a lo que iba, nadie hasta ahora había pensado que hacia arriba no hay cierre perimetral que se contemple, no hay cremallera que se engarce en el aire, ni ametralladora que no necesite culata material para exhibir su tracatrá, ni urna de metacrilato que surfee las crestas del aire sin caer en el ridículo, sólo los pájaros son capaces de escaquearse de la realidad en estado sólido, pero ellos no son portadores del mal, sino porteadores de cadáveres, según dijo el poeta Nicanor Parra. De modo que si quiere salir de la superficie ordenada y estéril que le corresponda, salirse, correr, andarse por las ramas sin miedo a ser insultado por matías en antena stress, échese al vuelo, suba, no vamos a dar órdenes a las fuerzas para que midan la altura que sus alas alcancen, ni vamos a pactar barreras, fronteras verticales, suba a donde suba usted podrá hablar y callar con su propia lengua, balbuceando con las sílabas que más le convengan, yo mismo haré llegar hasta donde usted levite, o vuele agitado como colibrí enmascarado, mis prédicas, claras, meridianas, aunque le digo, fíjese bien, por su bien se lo digo, tenga usted en cuenta que en las alturas se cruzan sin control bandadas de metáforas, las de los pobre y las de los ricos, cuídese de ellas, pues a primera vista son indescifrables y parecen medio lelas, pero si las destripas estallan en tus manos, y ya tus manos, entonces, no te servirán para aplaudir cuando te llamen de público a un programa de televisión, de qué forma más tonta habrá usted tirado a la basura su página exclusiva, idéntica, identitaria, que, de buena gana, hubiéramos añadido al libro de la Historia, cuídese también de las miradas que algunos han levantado hacia lo alto, hasta lo muy alto, pues pueden impactar con usted estas miradas, y, al contrario que las ondas hercianas con las que alimentamos a las almas, que a lo sumo producen somnolencia y modorra como peores efectos secundarios, esas miradas traspasan la carne, crean estigmas y de ellos pueden brotarles el árbol de la vida, plantas salvajes o flores variopintas e inesperadas, es decir, y voy acabando, suba, suba, recuerde aquellas tres dimensiones que corremos el riesgo de olvidar con este neoperimetralismo bidimensional sobrevenido a la fuerza, levante las alas, salte, cuídese de los aires enrarecidos y abstractos, y, sobre todo, cuando baje no nos cuente nada, no nos venga con cuentos, bastante tenemos con este pandemónium que nos envuelve, que con tanto sacrificio nos coloca, allá que te va, en este, aun hoy  enfermo y temporal valle de lágrimas”.                                        

miércoles, 25 de noviembre de 2020

REALISMO MITOLÓGICO: LETRAS SOÑADAS



 


no estábamos siquiera

ni a la izquierda de un cero,

sólo en el centro de nada,

para nosotros no se habían inventado las coordenadas,

los espacios, ¡qué ajenos los espacios! estaban en cosas más importantes,

ni olvidados ni nada

éramos hijos naturales del silencio,

si hubieran pasado lista aún sería más clamoroso nuestro no estar,

nos rodeaba la inmensa página en blanco de la bruma,

quietos, sin nombrarnos, mudos, nos habían amordazado unos goces bárbaros que nos trajo

la tormenta, ajena a todas las cosas,

así que para que la madre natural se apiadara de nosotros y nos dejara ir,

ingenuos, fuimos d e l e t r e á n d o  n   o   s:


los signos los dimos a la luz a medida que el sol se levantaba,

escribiendo con los dedos en una playa aparecida

sin nadie, solos los signos y nosotros, sólo,

los signos venían ciegos a nuestra mano de algún rincón lejano,

y la sombra, que de tanto sol brotaba,

les daba paz

y el cobijo del agua daba tregua a nuestros cuerpos,

pues nos bañábamos entre las frases, que al recién nacer nos miraban amenazadoras,

y las olas venían

y nos bendecían,

nos bautizaban, mas no en un desierto

sino en el mar,

que al poco se hizo muy pequeño

a medida que levantábamos el vuelo,

y llegábamos a lo más alto, dispersos en tanto aire,

yéndonos, viéndonos los ojos cada vez más lejos,

y apenas ya podíamos leer las letras alguna vez soñadas,

imborrables.

lunes, 16 de noviembre de 2020

QUE NADA SE SABE COMO SI FUERA UNA CUECA









                                                                                 

                                                                            CUECA  

(A Violeta Parra viva en el amor, viva en la tierra y en la lucha, muerta por los orgullosos cuchillos de los mediocres)



Que nada se sabe

si nada

si eso se sabe qué serán las palabras que de bailar se olvidan

pueblan los rincones se miran adentro

se ponen coloradas

quieren irse no estar y sin embargo de reojo

miran al baile todavía vacío

nadie salta primero

nada se sabe

de donde la música descansa de donde nace

de quien la hace la canta la recoge

cuando se van los músicos a su casa o a morirse

que ellos también mueren con sus instrumentos

florecidos y este baile va a repetirse va a estallar

han nombrado como si fuera una cueca

a los escondidos y sale uno y otra

y de las manos se toman y bailan olvidados del polvo miran sus pies

te acuerdas se preguntan de los pasos

donde estuviste que mis ojos no te vieron

y se toman con los dedos trenzados y mojados de los vasos y la niebla

la música solo se interrumpe para que los ojos miren arriba

los rostros de los iluminados son como desiertos rotos surcados de ríos

como corre la vida alcanza con tu mano el final

llévame le dice

en el baile todo es un rumor y nadie sabe

que nada se sabe.



viernes, 6 de noviembre de 2020

VIVIR EN LA METÁFORA.

 






¿Vivir en la metáfora?

Eso supone considerar la realidad como algo problemático, es decir, como aquello que no se revela por sí mismo, por el mero hecho de su “existencia” y la de unos ojos pasivos que la contemplan. La realidad es problemática y se precisa, por parte del “observador”, un ejercicio activo de construcción de una percepción que revele algo de aquélla. Trabajar con las variables, con los datos, con el pasado, con el origen, con la raíz. La metáfora es el trabajo de resolver ese problema que presenta la realidad. Original al máximo, porque parte y cuenta con el origen; radical extrema, porque respira desde las raíces mismas en las que se sostiene.

No vivir en la metáfora significa que, con la lengua cortada, se repiten los ruidos que parecen palabras, que sólo son palabras muertas, cadáveres maquillados, instrumentos de un lenguaje de laboratorio preparado para la explotación y la anestesia. Sin darse cuenta, alguien cree que habla y su boca sólo suena a un vacío metálico que, sin embargo, le sabe a gloria. Y de esta manera, adora al poderoso y se encamina a la muerte sin saber que la rosa es una rosa, no cualquiera, y que esa rosa es incontable y que si pudiera ser dicha lo sería a través de lo bello anónimo (un poema silencioso, una oración, un lamento, un gemido auténtico, un sueño, una llamada de auxilio) que añadiría luz al mundo sin que nadie lo supiera.

Y esto explica el funcionamiento del mundo, del pensamiento, del deseo, del orden político, de la fraternidad, del amor, del mecanismo del universo, de la máquina de vapor y de los motores diésel.

Estoy a punto de decir que habría que crear un ministerio de la metáfora y una secretaría poética, y que estuviera por encima y, a la vez, por debajo de los géneros y de cualquier generalidad.

Llevar la metáfora a la política es hacerla bailar con la guerra, esperar el final de la pieza.


jueves, 5 de noviembre de 2020

POIÉTICA: LA VIEJA Y EL HURACÁN







                                                                                                                                                       Cantata JSB
 



                                                        LA VIEJA Y EL HURACÁN



Cuando aquella mañana JSB volvió a su casa,

después de guardar su partitura en un cajón de la salita donde revoloteaban los niños,

donde no dejaba de oírse el canto del clave tañido por las ramas siempre verdes,

pues aquella casa era un árbol frondoso,

JSB se sentó en una silla, en la más apartada de todas

-parecía una isla en un mar plomizo que olería más a hierba que a la sal-,

y cerró los ojos y se dejó mecer por el vaivén de un viento recién llegado

que al poco fue un huracán que le azotó la cara,

y sus manos transportadas a un mundo desconocido se pusieron a temblar,

y entonces, sin saber lo que estaba pasando,

M M le acercó con amor y dulzura al clavecín en el que acababa de estudiar el más joven de sus hijos,

y, automáticamente, JSB dictó al teclado con la caricia de sus dedos una vieja oración que había compuesto al principio de los tiempos

y dijo que le dejaran dormir, que estaba muy cansado,

y todos en la casa se miraron y coincidieron, sin mediar palabra, en preguntarle después del sueño

qué música nueva había brotado del aliento de alguna vieja gorda y pobre en la oscura iglesia, 

aquella mañana de invierno

recién terminada.

viernes, 30 de octubre de 2020

MANIFIESTO: CIENCIA DE LA METÁFORA

 



                                                                        

                                                                                                            Folklore peruano



                                                                           UNO


Sólo deberíamos vivir en la metáfora. Es la tierra de todos, es un instante que contiene todos los tiempos. No puede construirse, eso no, como un artefacto a disposición de cualquiera o de cualquier cosa. Es, más bien, una formación del inconsciente, lo mismo que el sueño que olvidamos y que súbitamente nos acecha sin llamarlo, que el lapsus que nos acalora, que el síntoma que nos atormenta. La hacemos sin saber, sabiendo; sin querer, queriendo, a golpe de deseo, al galope de la vida. Porque la metáfora lleva siempre nuestra firma más secreta, nuestra huella dactilar que se manifiesta incluso después de que nos hayan cortado las manos, después de que el otoño haya secado las hojas. La metáfora levantará sus alas suaves en la caída.

Es, pues, la luz de las palabras, gracias a ella las sombras se revelan, las letras, los dedos que corretean son capaces de ser signos y de hacernos desaparecer tras ellos, y resucitar, volver, volver siempre al decir cada vez más imborrable. Hasta la blasfemia es una metáfora, hasta dios la entendería y cerraría los ojos, azorado, en la cola de su estela.

Pero no todo es metáfora, eso tampoco. Ahí están, por ejemplo, las palabras de amor que, cuando todo las ha abandonado, no son sino quejidos, lloriqueos, letanías sin sentido que, si acaso, sólo llegan a ser música, eso que se apaga cuando los músicos cierran sus estuches y se van a otra parte.

El lenguaje servil se la tiene jurada, ha dictado la sentencia, de muerte, que todos entienden. La certeza que nos puede pedir el carné cualquier madrugada y pasearnos al encuentro de la aurora roja que veremos por última vez.


                                                   

                                                                          Escultura de Pablo Serrano. Zaragoza


jueves, 29 de octubre de 2020

ENCUENTRO CON LO REAL: Primera tarde




                                                                                                                                                                                        Cabo de Gata
 


    Primera tarde



Era un utrero

que si bien veletón no pasaba de niño

y apenas las moles salieron al castigo

sacó la pierna el otro niño insomne y vertical que lo esperaba en la raya de las tablas

y levantando la mano detrás del abanico rosa

le llamó, y sobre sí mismo derrotó el primero en la cita obediente de la sangre,

del amor,

y ya en el suelo,

en esa patria donde ocurren las cosas sin remedio,

quedó señalado para siempre,

y toda su vida en adelante sólo fue un mirar por mirar para no llorar,

ya siempre cosido a la tierra y al instante

indisoluble,

a solas aquella tarde.


lunes, 26 de octubre de 2020

PANDEMONIUM 1





                                                                                                                                                Agorafobia  (Máscaras en Palacio)




                                                                       UNO


Qué pena ver como el mundo se apaga de esta manera. Sin trompetas, sin tambores, tan sólo con ministros balbuceando sandeces debajo de una mascarilla que parece un vómito de gasa pulverizado con purpurina para salir en la tele. Qué lástima, qué pena. Nos queda la épica audiovisual, la inteligencia democrática, las series con hombretones de hierro, con policías que eructan y que beben naranjada, que se cagan en dios, en todo, como humanos que son, series de la serie. No sé que más nos queda: el ocio gratuito, los cuarenta principales, la sexta, los cómicos hemicíclicos, los payasos, las monjas progresistas mofándose del otro por la comisura de los labios, la radio, el santo rosario. Los libros viejos, los recuerdos, la gata que se enrosca en las piernas y que me enseña el camino seguro del sueño perpetuo. Sumisos, eso es lo que nos devuelve este espejo plasmático que, sin saberlo, teníamos frente a nuestras caras duras. Sumisos ante las frases sintetizadas, ante los algoritmos gramaticales, ante las palabras castradas, violadas, sodomizadas a la fuerza, eslóganes que nos ordenan como lo que somos, ceros, unos; ceros, otros; unos ceros, apenas unos cuantos unos desperdigados tanto a la izquierda como a la derecha. Y la muerte, mientras, como si fuera un accidente sobrevenido, como si fuera una picaraza que se ha dormido en el cable de la luz frente a la ventana de casa. Nunca antes había habido muerte, si no fuera por las esquelas nada hubiéramos sabido de ella. Nos lavamos las manos como acceso a la inmortalidad, al perdón, a la inocencia, como señal de no haber infringido la norma de los idiotas. Y, el paraíso, ¿adonde está el paraíso? ¿Debajo de que cubilete está?. Han cambiado de trilero. Al otro, al de antes, creíamos que lo teníamos pillado y, aunque no jugábamos, mirábamos y lo seguíamos con la vista sin creer fallar: ahora el paraíso está en el de la izquierda, ahora en el de la derecha, ahora en el del centro. Así pasábamos los días, las horas, felices, sumamente felices, despertándonos en medio del estupor que apenas duraba lo que un soplo. Ahora resulta que los cubiletes que esconden la bola que contiene el paraíso son transparentes y que la bola es cada día una consigna que nos dictan en los telediarios. Los ojos, de esta manera, no están ya por la labor, ojalá los ojos fueran todos de cristal, conectados a una cadena imaginaria e infinita, de manera que cada uno con su ceguera de verdad pudiera esconderse definitivamente en su guarida. Pero para eso, aún falta mucho. Qué pena creer que el mundo se apaga así, tan sosamente. Acabo de ver una bandada de estorninos retorciéndose caóticamente en lo que queda de cielo, detrás de mi ventana. ¿Quién puede decirme a dónde van? 

¿Hay alguien ahí?


(CONTINUARÁ)

 

viernes, 23 de octubre de 2020

EVOCACIÓN

 

Con los brazos

en cruz

corriendo

la boca abierta

tragando aire

una canción rumiándose

sólo audible en la garganta

cortada

medio muda

al aire

en la luz del

verano

buscando la espuma

toda

blanca

del primer mar

tus pies

caídos

sus pies

y sus manos

recién nacidas

abrazados en la arena

suave

que viene

y va

bajo el agua cálida

que llora

todos los pasos

borrados

sin flecha

del tiempo

con la flecha

del amor

sangrada

abriéndose paso

en los labios

abiertos

absortos

secos

como desiertos

tirando la sed

al agua

de las fuentes

al llegar

al final

donde el oasis

donde los dátiles

dulces

donde la noche

estrellada

nuestra

sola

la noche toda.

miércoles, 21 de octubre de 2020

ISLA DE LA PALMA







   Félix Francisco Casanova



Sanmao



De mi viaje a la isla de La Palma traigo una observación poiética y un poema sensacion-al, hijo de la sensación de adentrarse para siempre en el bosque primitivo.


Observación:


Una escultura de bronce de tamaño natural del poeta Félix Francisco Casanova en una de las principales calles de la capital, Santa Cruz de La Palma, poeta que se apeó de este mundo a los 19 años, después de vivir una vida hecha de literatura radical.

Un recordatorio de gran tamaño en el museo del cabildo de Santa Cruz de La Palma a la poeta china Sanmao, unida por amor y muerte a esta isla que recuerda su ternura y su dolor.

Una isla de luz donde la bruma acude cada día y la baña, volcanes y laurisilva como los extremos de una flecha poética.


Poema:


dentro mismo, dentro de la todavía noche,

el bosque con su sangre corriendo a través de las ramas,

centelleando los pájaros y el silencio temblón en las últimas hojas

casi invisibles,

las sombras y el olor del azul que llegará más tarde,

el canto y el silencio en la piel, piel con piel,

rumor de los latidos de este seno, de esta cueva a través de la cual

no se oyen las quejas de tenerte dentro,

el aire curvándose, haciéndose suelo de hojas bajo los pies que hurgan el aliento de la hierba,

no se oye sino el quédate si quieres, ésta es la casa, crece, escucha mi latido, bebe mi agua, tápate con la niebla que más quiero


el bosque es mío en la mañana, de la mano la mañana, ella y esa oscuridad al fondo donde canta el pájaro que ha venido a volarme.



 

miércoles, 30 de septiembre de 2020

¿QUÉ SERÁ DEL OTOÑO? CAPÍTULO 3



 

Con aquella música (esos susurros de metal

esos hierros repetidos en el ala del aire) entrando por los oídos en la tarde

ya oscura del otoño

¿qué será de él qué será del otoño?


¿dónde los truenos y los relámpagos tragados ya por los pájaros

camino del sur donde se borra la memoria?


ya no guiñarán los ojos sus párpados como gusanos de luz

esas noches de conversaciones silenciosas cuando se veía por un segundo

el mundo acurrucado en las montañas frente a mi ventana

¿qué será del otoño?


sin ojos que miren el resplandor de las luces sagradas que preceden la voz

si no hay palabras ya

¿qué será del otoño?


y aunque los pájaros propaguen el fuego

será el hielo quien rodee los brazos y los talles y las hojas y sólo quedará

una ceniza que el blanco de la niebla reducirá a un cero absoluto

y en medio de todo ya nadie

sólo esas partículas elementales que bordan el recuerdo

que no se puede borrar.

domingo, 20 de septiembre de 2020

FÍJATE FÍJATE

 









                                                                                               Danzad, danzad, malditos


                                                FÍJATE FÍJATE


 Fíjate

las calles están anudadas de cuerpos que piden

un bollicao de opium antes de llegar

a la cámara del hambre

de la pena de morirse

fíjate como las mangas blancas sutiles de la beneficencia

sutilmente les cogen de la mano

les bendicen, les hacen llevar su mano a sus bocas

benevolentes y les besan adiós adiós

les dicen adiós vais a morir

sois tan pobres que solo tenéis derecho a un aliento amoroso

y aun marchamo oficial que diga pobre pobre visto bueno

los cuerpos se anudan en ochos retorcidos que recorren las calles

los tecnonacis que ganaron la última guerra mundial travestidos de hombres y mujeres de bien

enseñan sus comisuras mudas y descargan salivas como balas

en el estrecho pecho de los que levantan la mano pidiendo un donut por caridad

por caridad

mientras les enseñan el redil

es lo correcto es lo correcto

aunque fíjate como se levantan oleadas de santos que han arrancado algunas cabezas

de parlamentarios y hacen ademán de hincarles el diente benedictus benedictus

cantan pero unos a otros se las quitan de la manos y entre todos

democráticamente deciden tirarlas a la basura

y los travestidos en mujeres y hombres de bien

es lo correcto es lo correcto

incómodos por las hordas buscando la página que les guíe de nuevo a las sonrisas

enseñan sus tatuajes, lanzan twiters a diestra y siniestra y no dan crédito al ver de una vez

que sus cuerpos descabezados no hacen sino temblar

en los antecedentes de la muerte.

Las calles están despavoridas

se sienten los pasos de los pobres que están ahítos de mermelada y cae de sus bocas

una pasta coagulada de palabras que quieren pronunciar,

de su boca ¿qué podrá salir mas que la espesura de un silencio?

fíjate que del silencio la fuente si manara qué diría,

igual decía un impedimento, un rezo, una imprecación, un chiste,

un dónde vamos esta noche, un apártate de mi satanás, tontolaba, vete, no quier saber más de tus alharacas déjame partir

qué dirían los pobres si de su boca escapara

aquello que tapa tanta oscuridad tanta luz

qué vas tú a entender si no has sacado tus manos de donde comen la papilla

los que quisieron borrar los templos extraños los templos extraviados

esos lugares sagrados hipnóticos donde los hambrientos buscaban una revuelta definitiva



Fijate cómo cabalgan las cebras por las calles medio locas

cómo las acordeones de los búlgaros tocan acompasadamente las viejas canciones prohibidas

a un rumano se le empalma la trompeta sopla sopla

los gitanos devoran la última cabra se retuercen los ochos

del hambre y acéfalos los que van subidos en los jeeps con la mano en el corazón

saludan a las cámaras.

No hay ojos para tanto pero fíjate fíjate

las calles parece que están preñadas de un solo trueno de una sola luz.


lunes, 14 de septiembre de 2020

NOVEDADES MUSICALES

 


Ya podemos escuchar la versión de Lang Lang de las Variaciones Goldberg.

Me he permitidos divagar, con los ojos entornados, mientras iban llegando cosas por las vías nerviosas, arrastradas por las notas.

Pónganse la música. Si no, no hay manera.




ESCUCHO A LANG LANG


Escucho a lang lang

tocar en su piano de juguete

que le compraron en la tienda de los chinos

las variaciones goldberg

escucho la inocencia del agua

el roce del babero de un niño inocente

encerrado solo en la agonía de la tarde de un domingo

mirándose en el brillo de las teclas de plástico

entre regaliz y regaliz

llevándose a la boca el dolor con los labios abiertos


escucho como llegan los pasos de su madre

que se fue llorando una tarde

y volvió con el rimel corrido y una risa nueva

que se paró llevándose la mano a la boca

mirando al cielo y cogiendo con los dedos

el susurro cada vez más cerca del incendio final

que el corazón del niño hacía subir al aire


escucho el silencioso oído

de glenn subido desde siempre

a la silla del padre

llorando ahora que está ya muerto por la música que sigue bailando entre los santos y los pobres


escucho que me dice

qué ojo hay que abrir

qué ojos hay que cerrar

para sin ser abrirse

como una matriz enamorada a la tormenta que una noche

despertó a bach cuando

preso de un trance pensó que había olvidado

el nombre de sus hijos


escucho las variaciones

ahora lang lang está subido en lo más alto de la escalera

y yo levanto las manos atontado

creyendo que así podré evitar la caída.




jueves, 10 de septiembre de 2020

¿QUÉ SERÁ DEL OTOÑO? Capítulo 2














 




Miraba a un pozo donde el negro brillaba

pues ayer hubo sol y el agua fue capaz de guardar entre sus moléculas de vida

algo de la luz, ahora yéndose despacio hacia las grietas,

y sus ojos anegados de lágrimas de barro

batían la charca y unas mariposas también ajenas

brotaban sin más entre tanta desolación


¿qué será del otoño?

pudiera haber pensado el hombre, mirándose en el espejo

más claro de todos, al fondo miraba,

donde los vértigos se ríen de si mismos,

donde cae la mirada y se adivina el arcos iris infinito de la vida

nunca procesada en la memoria, nunca plasmada en la ecuación,

nunca atrapada en la red, siempre múltiple

en los panes,

en los peces,

en el hambre y el amor.