De mi viaje a la isla de La Palma traigo una observación poiética y un poema sensacion-al, hijo de la sensación de adentrarse para siempre en el bosque primitivo.
Observación:
Una escultura de bronce de tamaño natural del poeta Félix Francisco Casanova en una de las principales calles de la capital, Santa Cruz de La Palma, poeta que se apeó de este mundo a los 19 años, después de vivir una vida hecha de literatura radical.
Un recordatorio de gran tamaño en el museo del cabildo de Santa Cruz de La Palma a la poeta china Sanmao, unida por amor y muerte a esta isla que recuerda su ternura y su dolor.
Una isla de luz donde la bruma acude cada día y la baña, volcanes y laurisilva como los extremos de una flecha poética.
Poema:
dentro mismo, dentro de la todavía noche,
el bosque con su sangre corriendo a través de las ramas,
centelleando los pájaros y el silencio temblón en las últimas hojas
casi invisibles,
las sombras y el olor del azul que llegará más tarde,
el canto y el silencio en la piel, piel con piel,
rumor de los latidos de este seno, de esta cueva a través de la cual
no se oyen las quejas de tenerte dentro,
el aire curvándose, haciéndose suelo de hojas bajo los pies que hurgan el aliento de la hierba,
no se oye sino el quédate si quieres, ésta es la casa, crece, escucha mi latido, bebe mi agua, tápate con la niebla que más quiero
el bosque es mío en la mañana, de la mano la mañana, ella y esa oscuridad al fondo donde canta el pájaro que ha venido a volarme.
¡Bravo! Por esta experiencia de tránsito, y transitoria. "Heimat" significa en alemán patria, casa, mientras que el adjetivo "heimlich" se utiliza para significar lo secreto, lo oculto. De ahí, quizá, que el Alzheimer "nos lleve a casa".... Así lo relata Thoreau en Un paseo de invierno: "En la naturaleza hay un fuego subterráneo y adormilado que nunca desaparece, y que ningún frío puede congelar. (...) Este fuego subterráneo tiene su altar en el pecho de cada hombre; pues en el día más frío y en la colina más inclemente el viajero abriga entre los pliegues de su capa un fuego más tibio que el que arde en ningún hogar. Un hombre sano, en realidad, es el complemento de las estaciones, y, en invierno, lleva el verano en su corazón. Allí está el sur."
ResponderEliminarSeguimos peregrinando hacia ese Sur. En un bosque primigenio se tiene la sensación de estar ya en él. No siempre venimos del mismo lugar. El primer bosque, antes de la memoria, antes del nacimiento, no resulta para todos un lugar hospitalario. A veces, les examinan, les preguntan si son bienvenidos, si no sobran, si no hieren, a veces son expulsados en medio de un silencio que nunca dejará de chirriar.
EliminarCreí estar en ese Sur, en ese bosque que me acogía sin preguntas.
Gracias por tu comentario.