Con aquella música (esos susurros de metal
esos hierros repetidos en el ala del aire) entrando por los oídos en la tarde
ya oscura del otoño
¿qué será de él qué será del otoño?
¿dónde los truenos y los relámpagos tragados ya por los pájaros
camino del sur donde se borra la memoria?
ya no guiñarán los ojos sus párpados como gusanos de luz
esas noches de conversaciones silenciosas cuando se veía por un segundo
el mundo acurrucado en las montañas frente a mi ventana
¿qué será del otoño?
sin ojos que miren el resplandor de las luces sagradas que preceden la voz
si no hay palabras ya
¿qué será del otoño?
y aunque los pájaros propaguen el fuego
será el hielo quien rodee los brazos y los talles y las hojas y sólo quedará
una ceniza que el blanco de la niebla reducirá a un cero absoluto
y en medio de todo ya nadie
sólo esas partículas elementales que bordan el recuerdo
que no se puede borrar.
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