Fíjatelas calles están anudadas de cuerpos que piden
un bollicao de opium antes de llegar
a la cámara del hambre
de la pena de morirse
fíjate como las mangas blancas sutiles de la beneficencia
sutilmente les cogen de la mano
les bendicen, les hacen llevar su mano a sus bocas
benevolentes y les besan adiós adiós
les dicen adiós vais a morir
sois tan pobres que solo tenéis derecho a un aliento amoroso
y aun marchamo oficial que diga pobre pobre visto bueno
los cuerpos se anudan en ochos retorcidos que recorren las calles
los tecnonacis que ganaron la última guerra mundial travestidos de hombres y mujeres de bien
enseñan sus comisuras mudas y descargan salivas como balas
en el estrecho pecho de los que levantan la mano pidiendo un donut por caridad
por caridad
mientras les enseñan el redil
es lo correcto es lo correcto
aunque fíjate como se levantan oleadas de santos que han arrancado algunas cabezas
de parlamentarios y hacen ademán de hincarles el diente benedictus benedictus
cantan pero unos a otros se las quitan de la manos y entre todos
democráticamente deciden tirarlas a la basura
y los travestidos en mujeres y hombres de bien
es lo correcto es lo correcto
incómodos por las hordas buscando la página que les guíe de nuevo a las sonrisas
enseñan sus tatuajes, lanzan twiters a diestra y siniestra y no dan crédito al ver de una vez
que sus cuerpos descabezados no hacen sino temblar
en los antecedentes de la muerte.
Las calles están despavoridas
se sienten los pasos de los pobres que están ahítos de mermelada y cae de sus bocas
una pasta coagulada de palabras que quieren pronunciar,
de su boca ¿qué podrá salir mas que la espesura de un silencio?
fíjate que del silencio la fuente si manara qué diría,
igual decía un impedimento, un rezo, una imprecación, un chiste,
un dónde vamos esta noche, un apártate de mi satanás, tontolaba, vete, no quier saber más de tus alharacas déjame partir
qué dirían los pobres si de su boca escapara
aquello que tapa tanta oscuridad tanta luz
qué vas tú a entender si no has sacado tus manos de donde comen la papilla
los que quisieron borrar los templos extraños los templos extraviados
esos lugares sagrados hipnóticos donde los hambrientos buscaban una revuelta definitiva
Fijate cómo cabalgan las cebras por las calles medio locas
cómo las acordeones de los búlgaros tocan acompasadamente las viejas canciones prohibidas
a un rumano se le empalma la trompeta sopla sopla
los gitanos devoran la última cabra se retuercen los ochos
del hambre y acéfalos los que van subidos en los jeeps con la mano en el corazón
saludan a las cámaras.
No hay ojos para tanto pero fíjate fíjate
las calles parece que están preñadas de un solo trueno de una sola luz.
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