sábado, 30 de octubre de 2021

YO-YO MA











                                                                                                                                          Yo-Yo Ma




Me imagino a Bach

cada día en su casa,

rodeado de niños,

mirando sin ver la espalda hacendosa de su amada,

urdiendo su música diaria,

rezando con las manos sobre su clave amigo


¿Qué sabría del mundo aquel hombre?

Buscaba en un rezo silencioso la belleza,

la complejidad del mundo en un padrenuestro renovado,

todo lo creado en el horno oloroso

del pan,

cada mañana.


Tal vez creyera de verdad que el mundo era feliz







miércoles, 27 de octubre de 2021

AVISO

 




Encontrar cada día en los campos ya cosechados algunas espigas olvidadas, las que no contaron para la inteligencia de las máquinas, aquéllas cuya recogida no era rentable para los algoritmos económicos, aquellas, en fin, espigas que pasaron desapercibidas al acero.

Recoger los pensamientos tirados al suelo, las verdades o palabras pobres, sin más, que enredadas en los pelos del gato dan vueltas por el pasillo de la casa. Una forma, pero no cualquiera, de escribir la historia, de despejar la siempre x, esa incógnita infinita que arma la ecuación fundamental de la vida. Eso es escribir lo que quiero escribir. Mirar de cerca los desechos, pasar a limpio lo que estaba condenado al silencio. Hacer del silencio una música, aunque torpe, hermosa, pura belleza, pura delicia para quien no se sabe libre, y lo es.


lunes, 25 de octubre de 2021

RE-VISIONES: VISIONES REPETIDAS

 

                                                                                                                                                                                                       Hiroshima mon amour, 1959





amar

amor: no ser


antes de nada

nadie

la epifania de ti


entre las sombras

antes de que hubiese luz

nací


la hora fue una aparición

somos de la materia de la alucinación


un recoveco sonoro de palabras

abortivas iluminadas hermosas como la piel limpia de los inocentes

es nuestra patria


nosotros

ahora solo restos

exiliados

en un metal desconocido

seremos descifrados

al fin




viernes, 22 de octubre de 2021

NO PODÍA EVITARLO, LE DABAN ATAQUES Y LEVANTABA LAS MANOS SIN QUERER






                                                                        Isabelle Huppert. De la película "Passion" de J.L. Godard, 1982






No podía evitarlo, le daban ataques y levantaba las manos sin querer;

estiraba el hocico, hacía túneles oscuros con sus labios,

susurraba, caminaba despacio,

aunque sus hombros delataban un cierto desorden, era bella,

era una muchacha muy bella, algo asimétrica, si se la miraba bien;

hablaba de una forma un poco rara, decía cosas que, a su pesar, siempre golpeaban en en el pecho

de los tipos duros.


En los éxtasis amorosos, que padecía en la soledad de su guarida,

se iba, se desgarraba, corría entre las olas de un mar infinito, de un mar de aguas de ternura,

toda ella era entonces una ola de bondad haciendo playas serenas en este mundo;

una ola que limpiaba la arena de alambradas, de basura, de espejos rotos, de botellas vacías;

sus compañeros obreros no la entendían, le decían que se posicionase,

y los otros, los gestores, los amos, le tiraban piedras sin más;

le seguían los perros y algún gato solitario,

las manos huecas, que le colgaban de aquellos brazos alargados, signos de tanta belleza,

como si fueran plumas o cuencos de barro donde se guarda el agua que refrescará la boca de los moribundos,

acogían la bondad que se enredaba en los rincones olvidados, 

después, con la ayuda de sus dedos, la sembraba, sembraba los granos de la bondad por toda la tierra,

limpiaba las playas, 

hacía de los robinsones hombres alegres;

no podía evitar, sin embargo,

que le dieran aquellos estremecimientos innombrables.


Cuando rezaba para desprender la suciedad de las paredes de las casas donde vivían los hombres y mujeres de su tierra,

movía los labios y sus dientes tricotaban palabras recién nacidas, agujas de una extraña belleza, letanías inclasificables;

los que la veían sólo sabían del bajar y subir de sus labios

como si su boca fuese una máquina de coser que bordara una sábana de bodas para un príncipe azul.


miércoles, 20 de octubre de 2021

SUELTO

 



Lo habían atado de pies y manos;

de eso, hacía ya mucho tiempo;

era un cuerpo empaquetado, las cuerdas resaltaban unas lorzas dignas de risa,

lo habían dejado en el rincón oscuros de la ciudad;

sólo algún que otro niño le pasaba el balón y él, como dios le daba a entender,

se lo devolvía, gesticulando una contracción muscular con todo su cuerpo, atado y bien atado.


Así pasaron muchos años,

hasta que un día la lluvia pudrió las cuerdas

y se pudo desatar. De esta manera, en una ceremonia privada,

fundó sus manos, fundó sus pies, su respiración, el girar, derecha, izquierda, arriba, abajo, su cuello,

expandió sus costillas como quien entona el himno nacional, respiró, tosió,

dijo: ésta es la mía, caminó, encontró en un nido de golondrinas colgado de un alero

el objeto de su vida,

decidió esperar cada primavera el regreso de sus pájaros,

los veía llegar de tan lejos, miraba sus trabajos, lloraba su marcha.

Decidió, a la vez, contar las lunas llenas,

escrutar la diferencia de los diversos blancos que las llenaban,

se mojó en el mar, una vez, dos, muchas veces,

hasta se hundió en las aguas y se bautizó, en una especie de comedia barata,

y se puso un nombre, y se dijo: yo soy.


Lo que nunca se atrevió hacer hasta entonces fue salir a la ciudad,

las calles le daban miedo, no soportaba la presencia de los otros,

son malos se decía, son muy malos, repetía para sí;

buscaba en su cobijo un trapo blando que le hiciera de madre,

y de padre, y le llamaba papá, y le llamaba mamá,

y le decía, cuéntame cuentos, enséñame a hacer amigos,

y un día el trapo de tanto escucharle aprendió a hablar y le dijo:

no seas gallina, sal, atrévete a comprar pan, a decir buenos días a alguien,

empieza por acercarte a los tullidos, a los ciegos del cupón, a los soldados, a las chicas de servir,

verás como te gusta, verás como les gustas,

y, de esta manera, se fue mezclando en la vida, el que antes no era más que un paquete, y ahora un suelto en el aire de los tiempos;

y aunque nunca olvidó su pasión por el vuelo,

por las golondrinas, y nunca dejó de esperarlas y de mirar su rastro en el cielo,

el tiempo se le fue de las manos,

y ahora quiere buscarse entre la multitud, entre el blanco de la niebla.


lunes, 18 de octubre de 2021

AQUEL RINCÓN NO ERA EL RINCÓN DE LAS DESDICHAS

 

                   


                                                                         De la película "La guerra de los botones"







Aquel rincón no era, como pudiera parecer, el rincón de la desdicha.

Allí los niños abrazados, con la mirada baja, los pantalones acuclillados, las manos fiebrosas y rebosantes

se estremecían diciéndose cosas los unos a los otros,

palabras de amor, escritas en billetes de tranvía, en entradas de cine de sesión continua;

las niñas se subían los calcetines blancos y torcían la boca para gemir

y entrechocaban sus rodillas y todos gritaban que eran felices en aquel rincón.


Pudiera parecer el rincón de las desdichas,

pero era la madriguera del amor,

un cuarto seguro donde el dolor quedaba afuera,

un poder no ser y ser otro entre la luz.


Era una oscuridad que duraba lo infinito de un instante

y dejaba una señal extraña, perdurable, en lo que quedara de día.






sábado, 16 de octubre de 2021

CIMA DE CUCULO

 



                                                            Vista parcial Valle del Aragón





Una vez en la cima,

vi las puertas de mi casa,

los muros detrás de los cuales el mundo se abre,

las montañas que me cuidan,

ante mi, una vez en la cima, las vi.


Hacia el sur, una brecha, una hondonada, un vaho amoroso que huele igual que mis sábanas,

sobre la que vuelan los buitres.

Observo el silencio de su vuelo, las alharacas de una felicidad postrada ante tanto milagro.

Sé que toda la felicidad posible habita en ese vuelo, en ese buitre, en su silencio;

baja, sube, gira, planea, mece las olas del viento,

garabatea el aire y escribe un libro invisible,

solo se escuchan las plumas al abrirse, solo se escuchan las caricias del aire.

¿Qué sabrá el buitre de su felicidad?

Al norte, las montañas, las crestas con sus nombres, el horizonte aniquilado, un azul inexacto que las orla con una humildad rara,

entre la piedra y el vuelo observo la luz, palpo la hierba, abrazo el cuerpo que me lleva,

la abrazo con largura; como hace frío aspiro su calor, consuelo mi fatiga, me olvido del día.

Queda el buitre volando, ajeno a lo que guarda,

pienso en la bajada, en el camino oscuro del bosque que me aguarda,

en el suelo resbaladizo, húmedo que pisaré.

Ya no veo el aire, ni las cimas, ni los vuelos.

Bajo los ojos a mis pasos, a los pasos de la vuelta.




miércoles, 6 de octubre de 2021

BAGATELLA Nº 25

 




                                                                                                                                              Cabo de Gata




Pudiera ser que lloraras por debajo del aire,

llena de sol, era muy pronto y ya estabas en la luz;

nadie tampoco iba a nombrarnos ese día, y, recuerdo

oír muy cerca la bagatella 25 anunciando un día de círculos concéntricos,

dando paso a la caída de la piedra en el agua de nuestros cuerpos,

haciéndose las ondas en un número incalculable

que a la larga cifró el sentido de nuestros últimos silencios.





martes, 5 de octubre de 2021

DE QUÉ ESTARÁ HECHA UTE LEMPER?





                                                                                                       Ute Lemper

 


Un buen día me dije:

¿de qué estará hecha Ute Lemper?

porque la carne del rey no es la carne del obrero,

ni la del pobre, 

la del santo no es la carne del torturador,

la mierda de la reina no es la misma que la que cagaba aquella loca que llevaba encerrada treinta años en El Pilar.


Toda la vida, lo que me quede de ella,

necesitaré para saber de que estás hecha, Ute, 

mi Ute,

tus tendones cuando cantan manipulan la física, y las órbitas elementales cierran los ojos y se expanden, dios sabe cómo;

tus manos, al atesorar el tiempo y la luz cuando te miran, distienden las fuerzas gravitatorias

y tu carne no es sino carne de misterio.


No se nombran igual todas las carnes;

cuando nos llamen uno a uno por nuestro nombre al último examen,

tal vez se ordenen todas con arreglo a una física democrática

y todos los cuerpos serán como si fueran ya uno,

y, al fin, podré tocarte, Ute, con la yema de mis dedos, ordenados y tranquilos.



lunes, 4 de octubre de 2021

OLIVIER MESSIAEN

 



Si me asomara a la ventana

para saber de una vez,

ahora que ya es mañana,

lo que importa o lo que debiera importarme

para ser un hombre hecho y derecho,

y encontrara en el niño que tristemente va a la escuela

o en el sonámbulo que nunca despertó y va al trabajo mirando los relojes parados de la vuelta

o en el loco con aire de sabio que disimula su dolor cerrando los labios locuaces y perdidos

o en el santo que reza para curar el vértigo propio y ajeno

o en el obrero que sabe que su hijo será ministro,

que su hija será ministra,


si supiera que alguien sabe la respuesta

a lo que importa, cerraría la ventana para siempre

y pensaría en ello día y noche hasta que un buen día

me sacarían a hombros a la calle y me dejarían solo

allí donde les dije a mis hijos que me dejaran para emprender el vuelo.


domingo, 3 de octubre de 2021

FUEGO DEL PARAISO





 

 

Es lo que tiene vivir en el paraíso. No hay que mirar siquiera  al árbol de la ciencia, porque allí se vive en un  un conocimiento recién nacido, que no necesita contrarios para inventar los signos: te amo con solo abrir los ojos, sin mirar, sin nada. 

Un amanecer es el amanecer y nunca puede terminar.

Ni fin ni para qué son necesarios, no existen en el paraíso.

Ahí se juega a observar los nidos que crecen en el árbol de la vida.

Los animales son todavía inocentes y los mares limpios están llenos de agua pura.

En el paraíso se escucha todavía el ronquido suave de dios, que antes de despertar y de saberse sólo dormía, apaciguado de sí.

Antes de dios no había dios, sólo sueño.

Es el rumor. Un rumor incesante que acompaña suavemente todos los movimientos de las cosas, de las hojas, de los animales.

Tan cerca estás del fuego primitivo que puedes arder. Vivir en el paraíso es estar al lado del fuego creador.

La poesía, que es otra forma de fuego, se extiende trazando calles irreconocibles, donde más tarde serán construidas las ciudades que mitiguen el dolor que traerá el paso hacia adelante al que fuimos/seremos empujados.