Yo-Yo Ma
Me imagino a Bach
cada día en su casa,
rodeado de niños,
mirando sin ver la espalda hacendosa de su amada,
urdiendo su música diaria,
rezando con las manos sobre su clave amigo
¿Qué sabría del mundo aquel hombre?
Buscaba en un rezo silencioso la belleza,
la complejidad del mundo en un padrenuestro renovado,
todo lo creado en el horno oloroso
del pan,
cada mañana.
Tal vez creyera de verdad que el mundo era feliz
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