Cabo de Gata
Pudiera ser que lloraras por debajo del aire,
llena de sol, era muy pronto y ya estabas en la luz;
nadie tampoco iba a nombrarnos ese día, y, recuerdo
oír muy cerca la bagatella 25 anunciando un día de círculos concéntricos,
dando paso a la caída de la piedra en el agua de nuestros cuerpos,
haciéndose las ondas en un número incalculable
que a la larga cifró el sentido de nuestros últimos silencios.
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