ESAS PALABRAS ME LLEGARON
MEZCLADAS CON EL CALOR DE LA MANO
QUE ME DIERA LA PAZ.
DECÍA TOMA
Y RECIBÍA
UN CALOR DESDE LA HUMEDAD MÁS CLARA DEL MUNDO.
TOMABA LAS PALABRAS EN LA BOCA
Y DESDE ENTOCES UN PLOMO LLENO DE VERDES PRADERAS
PESA EN MI CAMA BLANCA
APENAS CIERRO LOS OJOS
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