boticceli
¿dónde has dejado, Boticelli,
a tu Venus ya nacida con sus manos blancas?
que yo la vi llorando sola, largo tiempo,
en las aguas
te llevaste contigo su belleza
y se ha perdido para siempre
ahora, aunque muerta
repta y culebrea
va deambulando por los rastrojos,
pero sólo durante las horas grises
algunos caminantes cuando la ven le tiran piedras,
otros la ignoran hasta que desaparece por el horizonte
del barro,
y se retiran, sosegados,
al descanso,
o al rezo.
Por eso Platón situó la belleza fuera del alcance de las piedras y del tiempo. No quería que se desvaneciera.
ResponderEliminarAdemás, el rechazo a la belleza. No puede encontrársela como tal, no sé si hay quien pudiera identificarla en un golpe de vista, en un encontronazo, a través de un flechazo. Su búsqueda es más una construcción, y su encuentro no puede separarse del fracaso de esa empresa. De esa bella empresa en la que andamos.
EliminarRespecto de la belleza la actitud (Platón, san Agustín, modernidad, ¿Hasta hoy?) ha sido de desmesura, casi de insolencia. Se ha proyectado lo inconmensurable y en eso nos hemos quedado. Búsqueda cuyo término solo puede ser un reconocimiento.
ResponderEliminarQué razón tienes, Miguel. La belleza abandonada y rechazada en este mundo que, o bien la viste de una especie artificio virtual (belleza reducida a espejismo) o bien la ensucia con la brutalidad de nuestra época.
ResponderEliminarAmor y belleza de la mano, como impulso. Pocos aman ya lo bello, cuanto menos sienten necesidad de ello. Qué diría Platón...
La belleza, sin amo, todavía más bella, como un encuentro y no como un fin.
EliminarGracias por tus comentarios.
La belleza es como un relámpago a veces fugaz y que alguna vez logramos retener en la memoria.
ResponderEliminarLa mayoría de las veces nos conformamos con la armonía.
Supongo que la belleza es algo que hacemos con las manos torpes, un bosquejo de lo mejor.
EliminarLa armonía, ¡casi nada!