¡Borra la pizarra!
Quedaba flotando un rastro blancuzco, polvoriento
las manos se hacían minerales;
manos de mica/brazos en cruz
la pizarra verde oscuro, negra otra vez, era el universo donde las cosas,
bien pudiera ser, ocurrieran de verdad
nunca fue la pizarra un espejo
donde me viera asustado, hurgándome la nariz
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