Te llamo, grito tu nombre.
Te veo muy cerca, no puedes mirarme, cuando perdiste los ojos te fuiste con ellos.
Te llamo,
si vuelves y me coges de la mano
seré otra vez tú,
seré inocente.
El viento, azotándonos,
doblado yo, tú, erguido
mirándote en los ojos transeúntes,
yo, una espiga todavía verde
pasto de las heladas de marzo,
tú, ya simiente para mañana,
caudal del oro, la vida derramada.
Te llamo, ven, te digo,
vuelve, eres yo, te digo,
quiero ser un tallo que se doble,
ya sólo soy leña en un bosque olvidado.
Si no me oyes,
pido que me busques,
que me encuentres,
y ser otra vez lo que no llegaste a ser,
o ser nada, pero ser,
tomados de la mano, viéndonos brotar como flores nuevas en el primer calor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario