F.H. 1
No me salvará el pico de las águilas
sino un poema que salga de mis poros
después de haber estado
con Francoise Hardy
F.H. 2
Hoy he rezado
y mientras levitaba, sin darme cuenta
de la hondura del suelo,
le he pedido a F.H.
que me pasara la letra de sus musitaciones
F.H. 3
Afuera
el frío respiraba, queriéndonos matar con sus manos grandes;
yo,
que notaba el olor de una castaña asada
que me recordaba a mi madre,
me volví hacia F.,
y entonces supe
que iban a expulsarnos de la ciudad
y a borrar la novela que estábamos escribiendo
cuando nos escondíamos en el humo.
F.H. 4
No quedaba ya tiempo,
de manera que llamé a F.H. por su nombre,
F., F.,
coge el cuaderno y vámonos deprisa, le dije.
En la calle,
duplicados en el lluvinoso suelo,
los barrenderos y los hombres de la mangarriega nos sonrieron maliciosamente y dijeron:
esta noche vamos a morir.
Sin saber qué hacer,
tomé a F. del brazo y le pregunté cuántos años tenía,
y ella me respondió bajando los ojos,
los mismos que luego me mirarían de una manera muy original,
y movió su dulce melenita repetidamente,
repetidamente,
repetidamente.
F.H. 5
te dije
ven
y entonces aprendiste
a conjugar los verbos
ir
y
venir
y te fuiste
No hay comentarios:
Publicar un comentario