¿Dónde has estado todo este tiempo?
No me digas que has ido a comprar el periódico,
que te has entretenido en ver los tanques,
en observar con envidia cochina los ternos
de los ujieres y de los diputados,
los deditos casi picassianos de las chicas dándole a los dispositivos
que mueven el mundo,
no me digas,
yo aquí, consumiéndome en imaginar
un campo verde de trigo,
balanceándose sus cabezas llenas al son del aire,
ahora que vuelves me alegro,
tomo mi mano de tu mano,
extiendo la manta de colores en el suelo,
somos un beduino a la espera del té,
pienso en los trigales verdes
porque me he atascado en esa ocurrencia
y no sé salir de ella,
explícame, tú que has visto el mundo,
¿cómo se acaban los sueños?,
¿de qué color era la corbata del presidente
de la comunidad autónoma?,
dime si hacía pucheros la mujer
cuando le dijeron lo de su hijo,
si mantenía su sex appeal, la pobre, si pudiste apreciar el brillo de sus ojos
desde el anonimato de la belleza, si lloraba, dime,
dime si llovía o no, si hacen ruido los coches
cuando van y vienen,
ven, móntate en la manta, vamos:
tomaremos el té verde
tú serás el mundo,
yo, el campo de trigo que aún recuerdo.
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