Ojos que solo ven ceniza
telarañas negras
ojos de plomo que se dejan vencer por el peso de los años
que tienen miedo de la luz
ojos que buscan la ceguera de tan cobardes
el sofá de la muerte.
En el parpadeo
alcanzan a ver un pájaro que vuela al vuelo
y resucitados recuerdan la luz
el río
las lágrimas
el mar
y encuentran frente a ellos una montaña cubierta de nieve
y plantas salvajes brotando de los pliegues inocentes de la niña
diciéndoles que les estaba esperando para ofrecerles un ramo de lavandas.
Y vuelven a mirar esforzados los ojos
buscando la bondad que tiembla en la tierra
perseguida y convertida en un polvo sin tierra
Los ojos no se cansan
buscan y buscan y viven de una vez
y cuando se cierran mueren de una vez
y ven y han visto.
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