¿Dónde estábamos?
De repente, una puerta se abrió;
detrás, también seguía la noche.
Temblábamos,
nos dábamos la manos húmedas de miedo y de amor.
Empezamos a escuchar un rumor líquido que abarcaba un mar amenazante;
anticipábamos la espuma y el derrumbe.
Un jadeo se apoderó de todo y nos tapábamos los oídos con las manos.
Cuando nos inundó, una ola
nos llevó a un rincón de una playa verde de palmeras;
miramos al frente, al mar que se iba recogiendo,
y una confusión de nubes nuevas nos cubrió el cuerpo
cada vez más extraño.
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