lunes, 14 de febrero de 2022

LA LUZ Y LAS COSAS

 






Hubo un tiempo donde el sol era eterno;

la luz estaba clavada en las aceras,

las esquinas, como pirámides de Egipto,

eran testigos del tiempo venturoso, detenido;

y cuando un joven se sentaba a esperar lo que el día le trajera

veía pasar a Hércules, al lloroso Boabdil y a un blade runner desnortado;


los cigarrillos despedían un humo que venía del paraíso

y corría despacio al final de los tiempos;

los labios no se movían, pero de un rezo secreto salía

su nombre, y ella venía en una cuerda de aire,

haciendo equilibrios con sus caderas de colores;


la cueva de la noche no existía,

sólo había tabernas y cafés donde los pies volaban raso

por encima de la espera gozosa,

del triunfo de la luz, que era nada,

al lado de las cosas.







No hay comentarios:

Publicar un comentario