jueves, 4 de noviembre de 2021

HÉROES. APUNTE NERVIOSO SOBRE LA IDENTIFICACIÓN HISTÉRICA.








                                                                               C. Kavafis. Restos de quien cantó a los héroes





                                                          LOS HÉROES




Unos caminaban despacio, como dios les daba a entender, hacia el carasol,

esperaban que llegaran otros

y, ya juntos, se miraban, reconocían sus voces,

sacaban a colación los temas de conversación preferidos,

huían del tiempo, de su decrepitud y no oían las burlas de los transeúntes,

dejaban de oler la peste de la pobreza,

la podredumbre, el tufo de la soledad


otros paseaban, solos, mirándose la punta de los zapatos;

no se enteraban de lo que iba y venía por sus cabezas,

es como si no pasara ya nada,

como si todo hubiese pasado, como si el olvido hubiera borrado lo peor y lo mejor;

paseaban, no prestaban atención a las risas de los ciudadanos cuando se cruzaban en la calle

ni a las bocinas jocosas de los coches cuando miraban modosos a izquierda y derecha por los pasos de cebra


otros iban haciendo muecas,

tragando aire entre estertores pop o dodecafónicos,

hipando a la espalda de sus labios anodinos;

pobres locos, con las manos apartaban las piedras que les tiraban los niños

en los parques,

los niños que se escapaban de los consejos paternos y maternos sobre la urbanidad, la decencia y el bien común


en total, los héroes las pasaban canutas en la ciudad;

había habido tiempos mejores,

pero ahora todo el mundo se reía de ellos,

aunque los jóvenes, y los parlamentarios,

hacían muecas, sin saberlo, inconscientes, que parecían rememorar lo mejor de sus gestas.

 



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