viernes, 23 de julio de 2021

LETRA Y MÚSICA



Nota previa: 

La letra, a veces, es traída por el viento a traición, y se clava en el cuerpo, imprime carácter. Los caracteres tatuados quedan para  siempre y se dicen, a ver si así,  encuentran en el azar de los destinos un  consuelo.

Añado una noticia que puede dar algo de luz a uno de los momentos inaugurales de la música del siglo pasado. No estoy autorizado para citar las fuentes.



                                                              1 Letra


Era la luz, sobre todo, lo que me hacía inventarla, buscar, buscarla. Presentía su imagen en un futuro muy próximo, como si ese aspecto del tiempo fuese una masa corpórea, densa, manejable, que debía tomar robada como una fruta de un árbol ajeno. Era el disparo justiciero del Amo la señal de su presencia y de la consumación del amor que no terminaría nunca.





                                                                Música


                                                                                                              Luigi Nono




Cuentan que una tarde Lugi Nono y unos acompañantes devotos amarraron una sirga a unos semáforos de un barrio de Milan. Luigi intentaba atravesarla sirviéndose de una barra de fonambulista. Los discípulos, músicos arrebatados, curtidos en el mismo fuego del maestro, tocaban sus instrumentos, haciéndolos sonar disarmónicamente; parecían un grupo de niños pobres estrenando los juguetes musicales más humildes y baratos que les había dejado la caridad. Desde arriba, Nono gritaba frases inconexas: !qué suene el pífano!, ¡arrasad el gas con el diapasón!. No paraba de llorar, me dicen, porque sabía que la música nunca podría traducir el dolor. Gritaba, gritaba sin parar. Uno de sus discípulos anotaba con frenesí sus lamentos en un pentagrama que había improvisado en un papel de estraza que flotaba en el suelo de Milan aquella tarde gloriosa.


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