martes, 23 de diciembre de 2025

UN DÍA ENTERO PARA DORMIR. CUENTO DE NAVIDAD

 







Los cowboys habían dejado sus revólveres en los brazos abiertos de un sillón

Dormían los cowboys

Un día entero para dormir

Estaban cansados y parecían estatuas de barro derrumbadas

Les sangraban los dedos pero aún así dormían

Nadie sabe de sus sueños si es que sueñan los cowboys

Afuera el día seguía su camino tras el sol

Unas señoritas compraban azúcar y harina para hacer pasteles

Un ratón roía las botas de un pobre que yacía muerto o borracho en un sinfín invisible

Una vieja que había sido prostituta rezaba en una iglesia que parecía la caverna de Platón

Con los brazos en cruz mascullaba sílabas que mejoraban los cuatro evangelios

Eran sílabas como gemidos

Como lloros sincopados

Como retruécanos capaces de hacer volar el mundo a pedazos

Para bien.

Mañana despertarán los cowboys

Comerán pasteles

Besarán a su madre

Enterrarán al muerto después de lavarle al menos los pies

Tirarán las botas roídas de trabajos al estercolero.

Dispararán a un árbol y no sabrán dónde ir antes de escuchar la orden del patrón.




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