LUIS MARTIN SANTOS LLORA CUANDO VE A SUS HIJOS LIMPIAR CON LEJIA LA TUMBA EN LA QUE VIVE
Si sólo era una línea recta
trazada según dicta la verdad cuando ésta engaña
no es un hombre que exige
para ser
líneas cruzadas
que como hierbas secas se enredan en el campo cuando el aire vive.
Es entonces cuando el polvo
insulta a los ojos para que vean
a las piernas para que se arrodillen
a los brazos para que hagan aspavimientos ante el milagro
a los labios mandados callar para que esperen el beso que vuelve.
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