jueves, 14 de noviembre de 2024

CIENCIA Y FICCIÓN

 



Cien años vivió en una ciudad que se llamaba La delgada línea roja del miedo,

una ciudad oscura donde el sol mentía cada mañana.

Eran millones de personas afanosas, ufanas, ocupadas, espesas de conciencia que leían libros esdrújulos y largos.

Allí no había ojos que mirasen a la cara ni caras que tuvieran ojos donde mirar.

Un black friday ofertaba un viaje a otra parte, una escapada tirada de precio,

y alguien se fue de allí.

Vino aquí.

Aquí es otra ciudad con las luces difuminadas donde los espejos no engañan a una confusión necesaria,

las manos llevan a las manos y los labios esperan.

Todos aquí tiene sed.

Una vez, en eso todos están de acuerdo, bebieron de la fuente

y ahora no paran de buscar la última gota que guardó su lengua.

Por la noche se escucha la respiración del otro como una promesa

y se cantan canciones del paraíso que solo la espada roja al amanecer corta en dos

y entonces caen las partes -como lluvia de una música lejana, como una nana-

en el suelo de Aquí, brillante, que sostiene los pasos indecisos de los que quieren vivir.



martes, 5 de noviembre de 2024

TARDE

 






A la tarde los basureros disparan las mangueras y el agua arrastra los restos del día:

una colilla con un beso de carmín que sabe a fresa

un pañuelo con lágrimas secretas

lágrimas que si se hubieran mirado de cerca hubieran revelado la clave del mundo

las pisadas de un niño que empezó a caminar y a morder fuerte en el empeño

unas palabras que alguien escribió para aprendérselas antes de la primera vez

unas gafas dejadas a posta en un charco de uno que iba a morir esa noche

una servilleta con un poema triste que hablaba de nubes y dolor y que decía:

las nubes llorarán sobre nosotros

porque aunque allí todavía estamos

ya no estaremos nunca

el papel de un caramelo que sabía a gloria


La plaza está ya limpia

Han forrado el mundo con papel azul y han pegado una etiqueta con el nombre de un niño

asustado el primer día.