CORTO
Madrugó como quien va al cadalso de buena mañana
la ciudad todavía no se había acostado
la ciudad estaba de fiesta
se oían los dedos que llamaban sedientos a los camareros y a los limpiabotas
y a algunas meretrices de melena roja
arriba los pájaros se organizaban para la marcha
la larga marcha
ver el mar desde arriba no caer llegar
el hombre atravesó las calles haciéndose el muerto
querría no darse a entender a los que festejaban la noche inacabada
bendita la noche dirían los amigos extasiados
el hombre como no sabía donde iba
se sentó en una esquina junto a un cajero automático
y se puso de rodillas como si pidiera limosna de una forma
extrema.
17/1/24
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