lunes, 20 de diciembre de 2021

VIAJE EN TREN

 




Caminando al ritmo de las voces

que van y vienen a perderse en los oídos

distraídos, en este tren que nunca llegará,

flotando en alfombra de humo y piedras,

tú y yo, nosotros, apostados en un banco de madera de cedro

sin ojos, no llegando nunca

ni aquí ni allá, tan solo escurridizos,

las ventanas corriendo a un palmo de la cara

del paisaje que se borra,

el ruido que emborrona los oídos como una mancha de humo;

no hay estación término, me dices,

el tren no morirá. Y salimos a las avenidas

de los pasillos de suelo de piedra,

y los cuerpos tiemblan; no se oye

lo que dices, no te entiendo, me dices

el humo de las bocas se va quedando atrás;

movemos las manos, casi tocando los árboles.

¡Qué felicidad, haber nacido para el viaje!



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