El mundo no deja de crear.
Dios en el octavo día
dejó la creación en manos del mundo:
criatura precoz, ¡sigue la obra!
Así, si miro al cielo
lo que veo es el universo creándose,
la obra inacabada, el trasiego,
la muerte y la vida de las cosas
me sumerjo en el mar, y las olas me van haciendo otro;
ellas mismas crean nuevas espumas,
nuevos movimientos; las mareas
se desdicen unas a otras y nace una corriente completamente nueva
destinada a la extinción
ves el pájaro y lo que ves
no es sino el vuelo creando plumajes inimaginables,
densidades del aire que permiten viajes casi eternos
por donde la mirada se perderá insegura
me tumbo en la arena, me mecen las olas,
o lo que queda de ellas,
y es posible que encuentre
una perla en mi corazón.
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