Pasa sin pasar pasando de
puntillas por los cristales
no quiere que la vean
y si se ve cierra los ojos y se cae
medio muerta
viéndose desnuda enmedio de una tarde casi negra
sola y de piel
se hace rosa en un sacrificio de linternas medio gastadas
y ya con los tacones de un sábado derritido
camina hacia una vaporada
de miradas y de palabras insensatas
mueve las caderas
sangra hasta la extenuación como una auxiliar de enfermería despojándose del dolor
desodoriza mentalmente su intimidad
y si ve un cristal guiña los ojos
a lo invisible que la penetra con los ojos
no sabe si pasar y lo que pasa
le traspasa el cuerpo y suda
por no saber sino sudar
a gota gorda
y quiere volver a ser una muñequita rusa
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